El mérito de las escuelas, que inician la travesía del cambio, no se circunscribe a que sean capaces de dar una educación de calidad a todos los niños; sus acciones constituyen un paso muy importante para intentar cambiar las actitudes de discriminación, crear comunidades que acojan a todos y sociedades inclusivas.
Es de significativa importancia la capacidad de los actores educativos implicados; profesores, directivos, familiares, alumnos, administradores, comunidad educativa toda, para llevar adelante los procesos de toma de decisiones.
Cada centro educativo tendrá sus propios dilemas y conflictos que aflorarán en el transcurso de su proceso particular de cambio hacia la inclusión.
Para enfrentar las tensiones así generadas, las estrategias más válidas las constituyen la participación, colaboración, el apoyo mutuo y diálogo igualitario.
La idea de generar culturas inclusivas, comunidades acogedoras, cooperativas y estimulantes en las que todos sean valorados propicia la creación de un ambiente emocional acogedor y positivo, esencial para promover el aprendizaje.
Los profesores de cada institución escolar deberían poder analizar la situación y obrar en consecuencia, con la total convicción de estar en condiciones de afrontar el desafío que supone el proceso de mejora de la eficacia educativa.
Para lograrlo se debe:
- Tener objetivos claros y compartidos para juntos determinar el camino.
- Reconocer la importancia de la escuela y comprometerse para lograr ese cambio.
- Tener deseos de colaborar y trabajar juntos.
- Comprender que la mejora es un proceso continuo para hacer la tarea sostenida y cada día mejor.
- Reconocer que los adultos también pueden y necesitan aprender; el aprendizaje es para todos.
- Arriesgar e innovar, experimentar, poniendo en práctica algo nuevo.
- Considerar el apoyo de los colegas y buscar a profesionales con disposición de ayuda.
-Valorar la ventaja que otorga la diversidad, que es una premisa fundamental, ya que todos pueden ofrecer algo.
- Saber hablar con franqueza y aceptar la crítica, discutir, oponer y argumentar respecto a las diferencias.
-Reconocer y alentar públicamente el buen desempeño, y así fomentar la autoestima en todos.
Actividad
Lee y explica.
«Los procesos de reflexión conjunta y discusión, que pueden derivar de posiciones diferentes en el proceso de mejora, pueden contribuir a que avancemos hacia prácticas más complejas, y con ello, más inclusivas».