Cómo los padres, maestros y niños pueden evitar la intimidación o acoso escolar

La intimidación o acoso escolar (bullying) es un comportamiento agresivo intencional que consiste en un desequilibrio de poder o de fuerza. Además, es repetitivo, y se puede manifestar de forma física, verbal o social. Si bien los niños pueden intimidar a otros usando medios físicos, en las niñas el acoso se manifiesta mediante la exclusión social.

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Durante años, la intimidación ha formado parte de la vida en el ámbito escolar e incluso en el laboral. Sin embargo, recientemente, la tecnología y los medios de contacto social se han convertido en un nuevo vehículo de este mal, que ha ampliado su alcance.

Ejemplo de ello es el “acoso cibernético” (cyberbullying), que se lleva a cabo en internet y con teléfonos celulares. En sitios web como Facebook, MySpace, Tumblr y Formspring, niños y jóvenes pueden enviar mensajes ofensivos continuamente las 24 horas del día. En otros, como Tumblr y Formspring, se permite la creación de mensajes anónimos.

La prevención y erradicación del acoso escolar consiste en el compromiso de crear un ambiente seguro, en el que los niños puedan progresar social y académicamente sin sentir temor. APA* recomienda que los maestros, padres y alumnos tomen las medidas siguientes para evitar el acoso:

Maestros y administradores escolares

• Estar informados y alertas. Los maestros y administradores deben estar conscientes de que, si bien el acoso ocurre generalmente en sitios como los baños, el patio de juegos, los pasillos llenos de personas y los autobuses escolares, además sucede con teléfonos celulares y computadoras (en los que existe poca o ninguna supervisión); debe ser tomado muy en serio. Los maestros y administradores deben enfatizar que informar no es delatar. Si un maestro observa un caso de intimidación en el aula, debe intervenir inmediatamente para impedirlo, reportar el incidente e informar a los administradores escolares correspondientes para que sea investigado. No es recomendable realizar una reunión conjunta con el acosador y el acosado, pues sería vergonzoso e intimidaría enormemente al estudiante que ha sido objeto del abuso.

• Participación de estudiantes y padres. Es necesario que los estudiantes, así como los padres, formen parte de la solución, y participen en equipos de seguridad y grupos especiales contra la intimidación escolar. Los estudiantes pueden informarles a los adultos acerca de lo que está ocurriendo realmente, y también mostrarles las nuevas tecnologías que se utilizan para la intimidación. Los padres, maestros y administradores escolares pueden contribuir a que los alumnos adopten un comportamiento positivo, y enseñarles cómo intervenir en un caso de abuso. Los estudiantes de más edad pueden ser mentores e informarles a los más jóvenes con respecto a prácticas seguras de navegación por internet.

• Crear expectativas positivas con respecto al comportamiento de estudiantes y adultos. Las escuelas y aulas deben ofrecerles a los estudiantes un entorno seguro de aprendizaje. Los maestros y entrenadores deben recordarles explícitamente a los alumnos que el acoso escolar es inaceptable, y que ese tipo de comportamiento tendrá las consecuencias correspondientes. Los maestros y administradores deben crear un documento en contra del acoso, y pedirles a los alumnos y a sus padres/tutores que lo firmen y entreguen en la oficina, para que comprendan la gravedad que implica un caso de intimidación. Además, a los estudiantes que confrontan dificultades para adaptarse o tener amigos, se les pueden facilitar amistades o darles “trabajo” a la hora del almuerzo y el receso, para que no se sientan aislados ni corran peligro de convertirse en víctimas de acoso.

Fuente: *APA (Asociación Americana de Psicología)

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