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Primer paso
Lo primero que hay que hacer es escribir el discurso o la disertación; para ello, tendremos en cuenta el auditorio. En este caso, suponemos que estarán presente alumnos, autoridades, padres de familia.
La estructura del discurso
1. Introducción o exordio: un buen inicio garantiza el 50 % de la presentación. Lo decía el mismo Aristóteles: «El comienzo es más de la mitad del todo». Es el momento de atraer la atención del receptor. Algunas opciones son:
- Comenzar con una frase impactante o un hecho reciente que afecte a la comunidad.
- Contar una anécdota.
- Una frase de convicción.
2. Desarrollo, cuerpo o medio: esta parte debe estar muy bien planificada. Organizar una idea por vez para evitar salir del tema.
-Como guía se puede considerar ir respondiendo al qué, quién, cuándo, dónde, por qué y con qué medios.
- Se debe argumentar cada idea o postura. Recordemos que la gente no creerá una afirmación sin fundamentación.
- Para hacer creíbles nuestras expresiones, podemos usar argumentos lógicos. (Ya vimos cómo se redacta en un número anterior).
- Dar alguna prueba de lo que decimos: cifras, datos estadísticos, ejemplos, cita de autoridad.
- Es necesario ser breve y no aburrir al auditorio.
3. Peroración o epílogo: es la parte final de la disertación, la que resume todo lo que se dijo y genera en el público la voluntad de apoyar lo que escucha. ¡No debemos terminar jamás sin una buena conclusión! Si falta tiempo, se acorta el medio, nunca el final.
- Apelar a alguna cita.
- Exhortar a seguir la idea que se planteó en el desarrollo.
- Decir una frase con humor. Si se decide recurrir a este recurso, atender que no se refiera en forma negativa a una determinada comunidad, religión, grupo, entre otros.
- Finalmente, agradecer la atención. Así la gente sabe cuándo aplaudir.
La palabra del orador debe ser equilibrada, esencial, meditada y artística. Lo ideal es el discurso en el que se combinan armónicamente la razón y la psicología. (Loprete).
Algunas citas para los discursos
El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas.
(Concepción Arenal).
El arte es, sobre todo, un estado del alma.
(Marc Chagall).
Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad.
(Pearl S. Buck).
Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios.
(Confucio).
La imaginación es más importante que la sabiduría.
(Albert Einstein).
Las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran.
(Adagio latino).
Siempre he imaginado el paraíso como una especie de biblioteca.
(Jorge Luis Borges).
Para decir lo que pensamos, el camino más corto es pensar lo que decimos.
(Azorín).
Cómo manejar a la audiencia
- Mirar al público. La mirada es el elemento más importante de la comunicación, es lo que nos permite establecer el contacto.
- Dirigir una mirada sincera, amigable.
- Si el público es numeroso, para poder abarcarlo totalmente, mirar a la primera fila, luego al centro y después hacia los costados. (Técnica de la H).
- No perder el tiempo mirando a quien está enojado o presenta mala cara; concentrarse en quienes escuchan con atención.
- Si durante el discurso nos damos cuenta de que hay un grupo que murmulla, podemos usar la técnica del silencio abrupto, que consiste en interrumpir la disertación y mirar fijamente al grupo que habla.
- Si al iniciar la presentación todavía hay gente charlando, comenzar hablando despacito para ir elevando el volumen. Si esto no funciona, hacer un «barrido visual» individualizado, pero de manera amable y firme. (Le miramos fija y amablemente). En todos los casos debemos evitar retar o llamar fuertemente la atención al que está hablando, porque el público tiende a apoyar al miembro del auditorio.
- Solicitar antes del inicio de la disertación que se apaguen los teléfonos celulares.
- Tener siempre una mente positiva. El público quiere que el orador salga bien.
Sugerencias importantes para que el discurso sea exitoso
- Se debe ensayar el discurso, en lo posible, frente al espejo o a los familiares.
- No hace falta aprenderse de memoria todo el discurso, pero sí las ideas.
- Las partes que se deben aprender son: el exordio o frase inicial y la peroración o parte final. Esas son las partes que el público retiene con mayor facilidad y, por lo tanto, es bueno hacerlas mirando al auditorio y no al papel.
- Hacer ejercicios de articulación días antes del discurso: inflar las mejillas en forma alternada, llevar labios unidos hacia la derecha e izquierda, colocar un lápiz entre los dientes y leer el texto.
Fuentes
Apuntes propios de la autora de la página.
LOPRETE, CARLOS. Introducción a la oratoria moderna. Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1980.
FERNÁNDEZ, JORGE. La expresión oral. Editorial Lumiere, Buenos Aires, 2001.