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Lic. Paola Dalles
paoladalles@yahoo.com
En la Casa de la Independencia que fue construida en 1772, se gestó la revolución del 14 y 15 de Mayo de 1811. En 1961 fue restaurada, y desde 1965 funciona como museo; en ella se conservan reliquias y objetos relacionados con la gesta libertadora.
La Casa de la Independencia está ubicada en la esquina de las calles Presidente Franco y 14 de Mayo; es una de las construcciones más antiguas de Asunción. Edificada en 1772 con un estilo colonial, sus paredes eran de adobe y su techo de paja. Esta casa se utilizó como residencia, hasta 1943, año en que fue adquirida por el Gobierno. En 1961 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Por el mismo decreto se constituyó la Comisión Nacional de la Casa de la Independencia, a la que se facultaba para la creación del Museo, el cual fue inaugurado el 14 de mayo de 1965. Es un patrimonio cultural, ya que fue el centro de uno de los acontecimientos más importantes de la historia paraguaya, pues allí los próceres llevaron a cabo sus reuniones secretas, en donde conspiraban contra el Gobierno español y veían la forma de conseguir la independencia paraguaya.
La Casa de la Independencia cuenta con los siguientes espacios:
ESCRITORIO
En este recinto se guardan importantes documentos de la época, firmados por varios de los próceres de la Independencia. También se exhiben una cómoda-escritorio que perteneció a Fernando de la Mora, y cinco cuadros, entre los que se destaca el que representa la intimación al gobernador Velazco, momento clave de la Independencia.
COMEDOR
En él se observan muebles y objetos de uso cotidiano de la época colonial, además una espada que perteneció a Fulgencio Yegros. Se destaca también en el mismo un retrato del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.
SALA
Se exhibe un juego de muebles franceses del año 1830, una imponente araña de cristal y un brasero de madera y bronce. En la misma también se pueden observar dos retratos de Pedro Juan Caballero y Fulgencio Yegros, respectivamente; además de las tallas religiosas elaboradas en talleres jesuíticos y franciscanos.
DORMITORIO
En el recinto se puede observar una cama que perteneció Fernando de la Mora, cuya imagen se aprecia en la pared derecha de la habitación, debajo de la misma, una camisa bordada, que también perteneció al prócer. Completan la ambientación del dormitorio, un arcón, propiedad de Juan Bautista Rivarola, una silla sanitaria, un reclinatorio y un nicho.
ORATORIO
En este espacio se exhiben tallas jesuíticas y franciscanas, además de objetos religiosos de diversa procedencia. También se puede ver un retrato del presbítero Francisco Javier Bogarín.
CORREDOR
En el corredor se destacan dos grandes tableros de madera tallada, procedentes de puertas de templos de las misiones. Debajo de los mismos, los restos del desaparecido alero de la casa.
PATIO
En este sitio se observa un mural realizado por José Laterza Parodi, en donde pueden leerse varios párrafos de la nota del 20 de julio de 1811, dirigida a la Junta de Buenos Aires, en la que se ratificaba la independencia del Paraguay.
Debajo de la nota se reproduce el primer escudo de la nación, adoptado durante el gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia. A sus pies, el reloj de sol de la misión jesuítica de Santa Rosa.
En una de las esquinas del patio puede observarse un túmulo que cubría los restos mortales del ilustre prócer Juan Bautista Rivarola.
SALÓN CAPITULAR
Cruzando el patio se ingresa a la réplica del Salón Capitular del antiguo Cabildo de Asunción, el primero del Río de la Plata, instaurado el 16 de setiembre de 1541. En el centro del salón, el escudo de armas de España de 1800. En las paredes, se aprecia un majestuoso retrato del emperador Carlos V, además otros cuadros que reflejan varios intentos revolucionarios, previos a la independencia.
CALLEJÓN HISTÓRICO
Por una puerta del Salón Capitular se tiene acceso al Callejón Histórico, denominado así, pues desde ese lugar salieron los próceres paraguayos a conquistar la independencia de la patria.
Simón Bolívar: "La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino".
paoladalles@yahoo.com
En la Casa de la Independencia que fue construida en 1772, se gestó la revolución del 14 y 15 de Mayo de 1811. En 1961 fue restaurada, y desde 1965 funciona como museo; en ella se conservan reliquias y objetos relacionados con la gesta libertadora.
La Casa de la Independencia está ubicada en la esquina de las calles Presidente Franco y 14 de Mayo; es una de las construcciones más antiguas de Asunción. Edificada en 1772 con un estilo colonial, sus paredes eran de adobe y su techo de paja. Esta casa se utilizó como residencia, hasta 1943, año en que fue adquirida por el Gobierno. En 1961 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Por el mismo decreto se constituyó la Comisión Nacional de la Casa de la Independencia, a la que se facultaba para la creación del Museo, el cual fue inaugurado el 14 de mayo de 1965. Es un patrimonio cultural, ya que fue el centro de uno de los acontecimientos más importantes de la historia paraguaya, pues allí los próceres llevaron a cabo sus reuniones secretas, en donde conspiraban contra el Gobierno español y veían la forma de conseguir la independencia paraguaya.
La Casa de la Independencia cuenta con los siguientes espacios:
ESCRITORIO
En este recinto se guardan importantes documentos de la época, firmados por varios de los próceres de la Independencia. También se exhiben una cómoda-escritorio que perteneció a Fernando de la Mora, y cinco cuadros, entre los que se destaca el que representa la intimación al gobernador Velazco, momento clave de la Independencia.
COMEDOR
En él se observan muebles y objetos de uso cotidiano de la época colonial, además una espada que perteneció a Fulgencio Yegros. Se destaca también en el mismo un retrato del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.
SALA
Se exhibe un juego de muebles franceses del año 1830, una imponente araña de cristal y un brasero de madera y bronce. En la misma también se pueden observar dos retratos de Pedro Juan Caballero y Fulgencio Yegros, respectivamente; además de las tallas religiosas elaboradas en talleres jesuíticos y franciscanos.
DORMITORIO
En el recinto se puede observar una cama que perteneció Fernando de la Mora, cuya imagen se aprecia en la pared derecha de la habitación, debajo de la misma, una camisa bordada, que también perteneció al prócer. Completan la ambientación del dormitorio, un arcón, propiedad de Juan Bautista Rivarola, una silla sanitaria, un reclinatorio y un nicho.
ORATORIO
En este espacio se exhiben tallas jesuíticas y franciscanas, además de objetos religiosos de diversa procedencia. También se puede ver un retrato del presbítero Francisco Javier Bogarín.
CORREDOR
En el corredor se destacan dos grandes tableros de madera tallada, procedentes de puertas de templos de las misiones. Debajo de los mismos, los restos del desaparecido alero de la casa.
PATIO
En este sitio se observa un mural realizado por José Laterza Parodi, en donde pueden leerse varios párrafos de la nota del 20 de julio de 1811, dirigida a la Junta de Buenos Aires, en la que se ratificaba la independencia del Paraguay.
Debajo de la nota se reproduce el primer escudo de la nación, adoptado durante el gobierno del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia. A sus pies, el reloj de sol de la misión jesuítica de Santa Rosa.
En una de las esquinas del patio puede observarse un túmulo que cubría los restos mortales del ilustre prócer Juan Bautista Rivarola.
SALÓN CAPITULAR
Cruzando el patio se ingresa a la réplica del Salón Capitular del antiguo Cabildo de Asunción, el primero del Río de la Plata, instaurado el 16 de setiembre de 1541. En el centro del salón, el escudo de armas de España de 1800. En las paredes, se aprecia un majestuoso retrato del emperador Carlos V, además otros cuadros que reflejan varios intentos revolucionarios, previos a la independencia.
CALLEJÓN HISTÓRICO
Por una puerta del Salón Capitular se tiene acceso al Callejón Histórico, denominado así, pues desde ese lugar salieron los próceres paraguayos a conquistar la independencia de la patria.
Simón Bolívar: "La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino".