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Continuamos conversando hoy sobre la desnutrición, a la que consideramos también como una de las principales causas del analfabetismo --sea total o funcional-- en el Paraguay.
Decíamos el martes pasado que la desnutrición, a pesar de erigirse como el enemigo más cruel del aprendizaje , es fácil de combatirla en nuestro país , porque apenas es un problema originado por la desidia, la holgazanería o, por la estupidez nuestra de echarnos ciegamente en brazos del consumismo, olvidando nuestras raíces y las buenas costumbres heredadas de nuestros mayores.
Hoy queremos compartir con nuestras y nuestros colegas docentes, mamás, papás y otras/os amigas y amigos de la educación, una idea-sugerencia para empezar nuestra guerra sin cuartel contra la desnutrición.
Uno de los primeros frentes importantes de lucha sobre el qué y cómo hacer para vencer a este enemigo perverso, nos parece, debería ser la CANTINA ESCOLAR.
En primer término, creemos que la misma debería estar preferentemente regenteada, administrada o manejada por las Asociaciones de Padres, Centros de Padres, Cooperadoras Escolares, o como se llame la organización conformada por las mamás y los papás, tutores/as o encargados/as de los alumnos y las alumnas de cada institución educativa.
¿Y esto, para qué? Para que, desde un comienzo se la convierta a la CANTINA ESCOLAR en OTRO ESPACIO DE APRENDIZAJE. Y no como ocurre a menudo, como un lugar de chismerío, de chabacanería, cuatismo o ESCONDITE no solamente para educandos/as, sino para los mismos o mismas docentes que disponen de tiempo para perder.
¡Para tantas cosas positivas, además de proporcionar buenos alimentos, puede servir la CANTINA ESCOLAR!
Desde allí, por ejemplo, se podría impulsar --dentro del marco de Tecnología y Trabajo-- las pequeñas empresas caseras elaboradoras de alimentos.
O, también, como reivindicadoras de recetas culinarias de comidas típicas naturales, tan nutritivas, sencillas y saludables, para que nuestros niños, niñas y jóvenes vuelvan a gustar de aquellos alimentos que jamás debimos abandonarlos y mucho menos cambiarlos por comidas chatarra o de dudosa elaboración.
O, igualmente, desde allí impulsar más y más el consumo de verduras y frutas, tan útiles y necesarias al organismo humano que está más preparado para digerir alimentos de origen vegetal antes que los de origen animal.
Pero ante todo, potenciemos a nuestras CANTINAS ESCOLARES con la finalidad prioritaria de REMEDIAR la desnutrición. De terminar con los rugidos de león en los estómagos de nuestros niños, niñas y jóvenes mientras están estudiando.
Ofrezcámosles a quienes no tienen la suerte de LLEVAR EL MERENDERO A LA ESCUELA, la oportunidad de disfrutar también de los tembiu yma paraguaiete (comidas típicas de antaño) como el Kisama (croquetitas hechas con mandioca pisada con coco crudo y maíz tostado), el rora kyra (chipa de maíz pisado con queso fresco y un poco de grasa de chancho o vegetal y cocinado en olla de hierro), el kamby rora (leche con el rorá, pero sin grasa ni queso), el eíra manduvi (miel de caña con maní crudo) o el mbeju kesu y el kiveve (especie de tarta hecha con pulpa de andai (calabaza) y harina de maíz chipa, con abundante queso fresco, un poco de azúcar o edulcorante, y algunas especias aromáticas), etc., etc.
Todos estos alimentos mencionados a sólo vuelo de pájaro (porque los hay muchos más) son naturales y de fácil elaboración, además de muy nutritivos y sabrosos, pero sobre todo, pletóricos y, por lo tanto, capaces de hacer soportar excelentemente las horas de clase, con buen humor y aun con todas las luces prendidas.
Y en los MERENDEROS , las mamás podrían acordarse un poco más también de los manduvi kui (maní tostado molido), de los kaguyjy o kavyjy kamby (mazamorra con leche), eíra kesu (miel con queso), inclusive el avatiky mbichy (choclo asado) y el avati pororo , en vez de los yes yes y compañía, o un rico arroz con leche.
¿Qué les parece? Quisiéramos también tener las sugerencias de nuestras amigas y amigos.
Decíamos el martes pasado que la desnutrición, a pesar de erigirse como el enemigo más cruel del aprendizaje , es fácil de combatirla en nuestro país , porque apenas es un problema originado por la desidia, la holgazanería o, por la estupidez nuestra de echarnos ciegamente en brazos del consumismo, olvidando nuestras raíces y las buenas costumbres heredadas de nuestros mayores.
Hoy queremos compartir con nuestras y nuestros colegas docentes, mamás, papás y otras/os amigas y amigos de la educación, una idea-sugerencia para empezar nuestra guerra sin cuartel contra la desnutrición.
Uno de los primeros frentes importantes de lucha sobre el qué y cómo hacer para vencer a este enemigo perverso, nos parece, debería ser la CANTINA ESCOLAR.
En primer término, creemos que la misma debería estar preferentemente regenteada, administrada o manejada por las Asociaciones de Padres, Centros de Padres, Cooperadoras Escolares, o como se llame la organización conformada por las mamás y los papás, tutores/as o encargados/as de los alumnos y las alumnas de cada institución educativa.
¿Y esto, para qué? Para que, desde un comienzo se la convierta a la CANTINA ESCOLAR en OTRO ESPACIO DE APRENDIZAJE. Y no como ocurre a menudo, como un lugar de chismerío, de chabacanería, cuatismo o ESCONDITE no solamente para educandos/as, sino para los mismos o mismas docentes que disponen de tiempo para perder.
¡Para tantas cosas positivas, además de proporcionar buenos alimentos, puede servir la CANTINA ESCOLAR!
Desde allí, por ejemplo, se podría impulsar --dentro del marco de Tecnología y Trabajo-- las pequeñas empresas caseras elaboradoras de alimentos.
O, también, como reivindicadoras de recetas culinarias de comidas típicas naturales, tan nutritivas, sencillas y saludables, para que nuestros niños, niñas y jóvenes vuelvan a gustar de aquellos alimentos que jamás debimos abandonarlos y mucho menos cambiarlos por comidas chatarra o de dudosa elaboración.
O, igualmente, desde allí impulsar más y más el consumo de verduras y frutas, tan útiles y necesarias al organismo humano que está más preparado para digerir alimentos de origen vegetal antes que los de origen animal.
Pero ante todo, potenciemos a nuestras CANTINAS ESCOLARES con la finalidad prioritaria de REMEDIAR la desnutrición. De terminar con los rugidos de león en los estómagos de nuestros niños, niñas y jóvenes mientras están estudiando.
Ofrezcámosles a quienes no tienen la suerte de LLEVAR EL MERENDERO A LA ESCUELA, la oportunidad de disfrutar también de los tembiu yma paraguaiete (comidas típicas de antaño) como el Kisama (croquetitas hechas con mandioca pisada con coco crudo y maíz tostado), el rora kyra (chipa de maíz pisado con queso fresco y un poco de grasa de chancho o vegetal y cocinado en olla de hierro), el kamby rora (leche con el rorá, pero sin grasa ni queso), el eíra manduvi (miel de caña con maní crudo) o el mbeju kesu y el kiveve (especie de tarta hecha con pulpa de andai (calabaza) y harina de maíz chipa, con abundante queso fresco, un poco de azúcar o edulcorante, y algunas especias aromáticas), etc., etc.
Todos estos alimentos mencionados a sólo vuelo de pájaro (porque los hay muchos más) son naturales y de fácil elaboración, además de muy nutritivos y sabrosos, pero sobre todo, pletóricos y, por lo tanto, capaces de hacer soportar excelentemente las horas de clase, con buen humor y aun con todas las luces prendidas.
Y en los MERENDEROS , las mamás podrían acordarse un poco más también de los manduvi kui (maní tostado molido), de los kaguyjy o kavyjy kamby (mazamorra con leche), eíra kesu (miel con queso), inclusive el avatiky mbichy (choclo asado) y el avati pororo , en vez de los yes yes y compañía, o un rico arroz con leche.
¿Qué les parece? Quisiéramos también tener las sugerencias de nuestras amigas y amigos.