Cantina escolar, clave para acabar con la desnutrición

Respondiendo a numerosas sugerencias de colegas docentes de diversos lugares del país, en el sentido de insistir sobre el tema de la importancia y la necesidad de combatir la desnutrición entre nuestros niños, niñas y jóvenes en edad escolar, reprisamos aquí hoy el editorial que esos mismos educadores y educadoras recordaron haber leído hace ya dos años, específicamente el 16 de setiembre de 2003. Decía así:

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Continuamos conversando hoy sobre la desnutrición, a la que consideramos también como una de las principales causas del analfabetismo --sea total o funcional-- en el Paraguay.

Decíamos el martes pasado que la desnutrición, a pesar de erigirse como el enemigo más cruel del aprendizaje , es fácil de combatirla en nuestro país , porque apenas es un problema originado por la desidia, la holgazanería o, por la estupidez nuestra de echarnos ciegamente en brazos del consumismo, olvidando nuestras raíces y las buenas costumbres heredadas de nuestros mayores.

Hoy queremos compartir con nuestras y nuestros colegas docentes, mamás, papás y otras/os amigas y amigos de la educación, una idea-sugerencia para empezar nuestra guerra sin cuartel contra la desnutrición.

Uno de los primeros frentes importantes de lucha sobre el qué y cómo hacer para vencer a este enemigo perverso, nos parece, debería ser la CANTINA ESCOLAR.

En primer término, creemos que la misma debería estar preferentemente regenteada, administrada o manejada por las Asociaciones de Padres, Centros de Padres, Cooperadoras Escolares, o como se llame la organización conformada por las mamás y los papás, tutores/as o encargados/as de los alumnos y las alumnas de cada institución educativa.

¿Y esto, para qué? Para que, desde un comienzo se la convierta a la CANTINA ESCOLAR en OTRO ESPACIO DE APRENDIZAJE. Y no como ocurre a menudo, como un lugar de chismerío, de chabacanería, “cuatismo” o ESCONDITE no solamente para educandos/as, sino para los mismos o mismas docentes que “disponen de tiempo para perder”.

¡Para tantas cosas positivas, además de proporcionar buenos alimentos, puede servir la CANTINA ESCOLAR!

Desde allí, por ejemplo, se podría impulsar --dentro del marco de Tecnología y Trabajo-- las pequeñas empresas caseras elaboradoras de alimentos.

O, también, como reivindicadoras de recetas culinarias de comidas típicas naturales, tan nutritivas, sencillas y saludables, para que nuestros niños, niñas y jóvenes vuelvan a gustar de aquellos alimentos que jamás debimos abandonarlos y mucho menos cambiarlos por comidas chatarra o de dudosa elaboración.

O, igualmente, desde allí impulsar más y más el consumo de verduras y frutas, tan útiles y necesarias al organismo humano que está más preparado para digerir alimentos de origen vegetal antes que los de origen animal.

Pero ante todo, potenciemos a nuestras CANTINAS ESCOLARES con la finalidad prioritaria de REMEDIAR la desnutrición. De terminar con los “rugidos de león” en los estómagos de nuestros niños, niñas y jóvenes mientras están estudiando.

Ofrezcámosles a quienes no tienen la suerte de “LLEVAR EL MERENDERO A LA ESCUELA”, la oportunidad de disfrutar también de los “tembi’u yma paraguaiete” (comidas típicas de antaño) como el “Kisama” (croquetitas hechas con mandioca pisada con coco crudo y maíz tostado), el “rora kyra” (chipa de maíz pisado con queso fresco y un poco de grasa de chancho o vegetal y cocinado en olla de hierro), el “kamby rora” (leche con el rorá, pero sin grasa ni queso), el “eíra manduvi” (miel de caña con maní crudo) o el “mbeju kesu” y el “kiveve” (especie de tarta hecha con pulpa de “andai” (calabaza) y harina de maíz chipa, con abundante queso fresco, un poco de azúcar o edulcorante, y algunas especias aromáticas), etc., etc.

Todos estos alimentos mencionados a sólo vuelo de pájaro (porque los hay muchos más) son naturales y de fácil elaboración, además de muy nutritivos y sabrosos, pero sobre todo, pletóricos y, por lo tanto, capaces de hacer soportar excelentemente las horas de clase, con buen humor y aun con “todas las luces prendidas”.

Y en los MERENDEROS , las mamás podrían acordarse un poco más también de los “manduvi ku’i” (maní tostado molido), de los “kaguyjy o kavyjy kamby” (mazamorra con leche), “eíra kesu” (miel con queso), inclusive el “avatiky mbichy” (choclo asado) y el “avati pororo” , en vez de los “yes yes” y compañía, o un rico arroz con leche.

¿Qué les parece? Quisiéramos también tener las sugerencias de nuestras amigas y amigos.
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