Canción para salvar una vida

En un lugar de no sé dónde, un viejo arpista, llamado Miguel, estaba desesperado porque tenía que componer una canción y no se le ocurría nada verdaderamente hermoso. Algo muy extraño sucedía en su cabeza, siempre llena de música.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2059

Cargando...

En un lugar de no sé dónde, un viejo arpista, llamado Miguel, estaba desesperado porque tenía que componer una canción y no se le ocurría nada verdaderamente hermoso. Algo muy extraño sucedía en su cabeza, siempre llena de música.

Aquel día, don Miguel recibió la visita de un hacendado muy poderoso que dominaba toda la comarca, cuya hija se casaría muy pronto. El opulento señor, a quien envolvía la leyenda de descender de un ogro, conociendo las dotes de don Miguel, le ordenó que compusiera una canción para el día de la boda. Al salir le advirtió con su vozarrón de mando que volvería por ella a los pocos días.

Don Miguel, alagado por un lado ante tan importante pedido y muerto de miedo por otro luego de semejante visita, decidió escribir su mejor canción. Pero las cosas no resultaron tan sencillas.

Trató durante horas con sostenido esfuerzo de combinar las notas de la manera más armoniosa, pero la importancia de la tarea y el recuerdo de la amenaza pronunciada en el momento de la despedida lo paralizaron por completo. Al cado de infructuosas tentativas, el arpista comprobó con desilusión que su cabeza estaba seca y en ella no prendía un solo compás.

Don Miguel se sentía empequeñecido, vacío, y sobre todo, triste. Su fama de músico exquisito, conservada a través de tantos años, se desvanecería sin remedio cuando el malvado señor se enterase de que era incapaz de componer una canción para la boda de su hija, y lo peor: estaba seguro de que le cortaría la cabeza.

El artista, sin desalentarse del todo, llamó reiteradamente a la inspiración; le suplicó que no lo abandonase en momentos tan peligrosos, pero esta no aparecía, y hasta temió que hubiera muerto.

Al cuarto día se presentó a requerir la composición de la casa del arpista un mensajero, a quien don Miguel tuvo que confesarle, muy avergonzado, que no estaba lista. No tardó en aparecer el mismo terrateniente en persona a exigir la entrega de la canción. Cuando comprobó que su deseo no había sido satisfecho, la rabieta se dejó oír en todos los rincones de la zona; sus alaridos llegaron hasta los pueblos vecinos y la gente temerosa, se encerró en sus casas a esperar que pasara el temporal de amenazas y sacudones, que dejó al pobre don Miguel temblando como una hoja friolenta. No era para menos, la advertencia fue clara: si la canción no estaba terminada a la mañana siguiente, le metería en la cárcel y, luego, le cortaría la cabeza.

Sobre el libro

Título: La mariposa azul y otros cuentos

Autora: Renée Ferrer

Editorial: Intercontinental


Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...