"Cada uno para sí y Dios para todos"

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Carlos Riquelme

En la clase del viernes pasado, la maestra nos preguntó qué significaba para nosotros el dicho aquel de "cada uno para sí y Dios para todos". Muchos compañeros y compañeras, después de solicitar la palabra, contestaron a la pregunta. Como los que participaron no lograron dar en la respuesta correcta, la maestra hizo otra pregunta: "¿Es correcto pensar así como dice la frase?".

A fin de contestar la nueva pregunta de la maestra, nuevamente los compañeros y compañeras solicitaron la palabra. Gabriela, la compañera más aplicada de la clase, fue quien dijo: "El dicho que se usa muy corrientemente, ‘cada uno para sí y Dios para todos’, no debe ser practicado literalmente, porque es una frase muy egoísta. Pensar sólo en uno mismo es de gente egoísta; las personas debemos ayudarnos, y más todavía en las necesidades. Finalmente, es esto lo que Dios quiere".

La respuesta de Gabriela parece que satisfizo a la maestra; por ello, nos pidió elaborar una lista de personas —que nosotros conocemos— que se encuentran en diversas necesidades, a las cuales nosotros podríamos ayudar. Nos dividimos en grupos de cinco compañeros, y allí cada uno iba nombrando en una columna las necesidades, y en otra columna el modo cómo podríamos ayudar.

La  maestra abrió la plenaria en la que cada grupo tuvo la posibilidad de presentar su trabajo. De esta manera, al darse la presentación de todos los grupos, la maestra designó uno que compiló las respuestas, apartando las repeticiones. Una parte de la columna de actividades para ayudar a las necesidades de personas mencionaba: "Ayudar a los ancianos abandonados; acompañar a los niños trabajadores de la calle; asistir a familias que carecen de los alimentos básicos; recolectar abrigos para gente de escasos recursos; organizar actividades para juntar fondos para comprar medicamentos".

Finalmente, la maestra observó que los alumnos llegaron a comprender el sentido propio de la frase que fue analizada; además, nos dio una tarea para realizar con nuestros padres en nuestra comunidad.   

DE LOS DERECHOS A LA OBLIGACIÓN

Asistir a los necesitados nos hace más humanos, por eso en lo posible debemos desarrollar actividades humanitarias, tales como:

- Ayudar a los ancianos abandonados.
- Acompañar a los niños trabajadores de la calle.
- Asistir a familias que carecen de los alimentos básicos.
- Recolectar abrigos para gente de escasos recursos.
- Organizar actividades de recolección de medicamentos. 

PARA ANOTAR Y VIVIR

Pensar sólo en sí es solo de personas egoístas, todos debemos ayudarnos, y más todavía en las necesidades o circunstancias críticas que nos depara la vida, finalmente es esto lo que Dios quiere".

LLAMADOS A CONSTRUIR

Desde la escuela con la ayuda de nuestros padres, procuramos prácticas concretas que nos lleven a mostrar nuestra sensibilidad con los necesitados:

-  Nos asociamos como vecinos para ayudar a don Macario a tener sus medicamentos.
-  Recurrimos a la Municipalidad para solicitar ayuda para la escuela local.
-  Organizamos con la comisión vecinal en actividades de ayuda a niños carenciados.

NO TE OLVIDES

La necesidad es como la enfermedad, siempre estará allí esperando una acción solidaria de alguien que quiera ayudar.
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