Autoestima y autoconocimiento

La autoestima es el elemento básico por medio del cual una persona tendrá determinada actitud en las diferentes circunstancias que se le presentarán a lo largo de la vida. Para su desarrollo, el camino correcto es el autoconocimiento. En la presente entrega vamos a conocer estas figuras y la importancia que revisten.

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CONCEPTOS PROPIOS DE LA LECCIÓN:

AUTOESTIMA: Es el sentimiento valorativo del propio ser, el hecho de saber quién es y su capacidad para cumplir una función eficaz en la sociedad. Dicho de otra forma, no es más que “el valor que cada persona se concede a sí misma”.

AUTOCONOCIMIENTO: Es la operación mental por la cual una persona se conoce a sí misma, determina sus virtudes, defectos, capacidades y miedos. Su importancia radica en que del autoconocimiento depende la actitud que esa persona adoptará en determinada circunstancia. El conocimiento así obtenido es lo que se denomina “auténtico conocimiento de sí mismo”, porque solo con objetividad una persona puede determinar sus capacidades y limitaciones por sí misma, independientemente de la opinión que los demás tengan de ella.

BÚSQUEDA DE LA PROPIA IDENTIDAD: Es el proceso por el cual la persona explora en su propio ser para individualizar todo aquello que lo hace ser único y diferente a los demás. Este proceso hace que se conceda un valor determinado a sí misma y afianza la personalidad. La autoestima es determinante en el proceso, para que la personalidad se desarrolle en forma positiva o negativa y así encontrar la propia identidad.

CLASES DE AUTOESTIMA:

La autoestima es innata en las personas; los primeros años de vida son determinantes para su desarrollo, así se puede afirmar que existen dos clases:

BUENA AUTOESTIMA: Es la ideal, la persona se siente contenta con lo que es, tiene un buen concepto de sí misma y, por sobre todo, confianza. Esa persona estará preparada para enfrentar en forma positiva las distintas circunstancias de la vida.

BAJA AUTOESTIMA: por lo general, es el reflejo de varios conflictos vividos en los primeros años de vida, se caracteriza por sobre todo en la extrema falta de confianza de la persona en sí misma, lo que conlleva a no sentirse satisfecha con quien es y, en casos extremos, existe un sentimiento de odio y desprecio por sí misma. Esto dificulta bastante el enfrentar los desafíos de la vida cotidiana, por la incapacidad de manejar las situaciones en forma positiva.

Una buena autoestima depende en gran medida del ambiente que rodea al niño, por ello es indispensable un ambiente armonioso, equilibrado; las frases de aliento en aquellos momentos en que su confianza se debilita por un fracaso por más pequeño que sea; enseñarle a aprender de los errores y superarlos con un nuevo intento. Por el contrario, las comparaciones negativas, las criticas severas dañan en muchos casos en forma permanente, por ejemplo: “no eres capaz de hacer nada bien”; “no eres bella como tu madre”, “no eres tan inteligente como tu hermano”; frases como estas lastiman por el simple hecho de que nadie es igual a otra persona, todos podemos intentar algo y no lograrlo, lo importante es volver a intentarlo. Afirmaciones como estas pueden hacer que la persona tenga un pobre concepto de sí misma y no logrará valorarse, pues de niño nadie lo hacia.

Sin embargo, es importante resaltar que la autoestima buena o baja por lo general no es definitiva, en otras palabras puede variar en distintas etapas de la vida, un niño con buena autoestima puede perderla con los años y también aquel con baja autoestima puede superarlo. Eso ocurre, porque una serie de malas circunstancias o buenas pueden afectar la autoestima y a veces ser determinantes para cambiarla definitivamente.
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