Atención a verbos y tipos de oración

¿Es lo mismo leer en un texto «Quiso que venga» que leer «Vino»? Pues no, en el primer caso se expresa un deseo, un anhelo; y en el segundo, un hecho que ha sucedido efectivamente.

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¿Cómo nos damos cuenta de estas diferencias en el sentido de los textos?Atendiendo en ellos el uso de los verbos y los tipos de oración; ellos nos revelan la actitud de quien los ha escrito y su intención comunicativa.

Según lo que una persona quiera comunicar con su escrito: expresar un sentimiento, dar información, ordenar, otros, usará un modo verbal y un tipo de oración. Por ello, es importante conocerlos para interpretar mejor el contenido de los textos escritos cuando los leemos.

Tres modos verbales

En castellano existen tres modos verbales: el indicativo, el subjuntivo, y el imperativo; que engloban un conjunto de tiempos verbales para referirse al presente, al pasado o al futuro. Observemos sus usos y algunos ejemplos.

Tipos de oración según la actitud del hablante

Los tipos de oración, conjuntamente con los modos verbales, nos ayudan a comprender la intención del emisor en el escrito. Según la actitud del hablante, las oraciones pueden ser: enunciativas, interrogativas, desiderativas, dubitativas y exhortativas.

· Enunciativas. En ellas se expone un hecho; pueden ser afirmativas o negativas. Suelen usar verbos en modo indicativo. Ej.: Observaba la película con deleite.

· Interrogativas. Se emplean para preguntar. Pueden ser directas (con signo de interrogación) o indirectas (se introducen con un verbo más el pronombre «sí» o palabras interrogativas «qué, quién, cómo…)» Ej.: ¿Quieres salir de paseo? (directa). Me preguntó si quiero salir de paseo (indirecta).

· Desiderativas. En ellas se expresa un deseo. Utilizan el verbo en modo subjuntivo y alguna palabra que expresa deseo: ojalá, espero, quiero… Ej.: Ojalá me llames.

· Dubitativas. En ellas se manifiesta duda. Utilizan el verbo en modo subjuntivo y alguna palabra que expresa duda: tal vez, quizá, acaso… Ej.: Quizá llueva mañana.

· Exhortativas. En ellas se expresa prohibición, ruego, orden o consejo. Suele utilizarse el modo imperativo. Ej.: Estudia la lección.

Odisea

Canto IX

(Fragmento adaptado)

Así fue como el ingenioso Odiseo decidió contar su historia, mientras los feacios lo escuchaban sin decir palabra.

—Alcinoo, noble y poderoso rey, empezaré por decirte mi nombre, para que tú y tu corte lo conozcan y para que, si escapo al cruel destino, podamos seguir manteniendo relaciones de hospitalidad, aunque mi hogar esté lejos de aquí.

Soy Odiseo, hijo de Laertes. Mi casa está en la isla de Itaca. La verdad es que no hay nada más dulce que la tierra donde uno nació, por muy rica que sea la casa donde uno se hospede en el extranjero. Y eso que Calipso, divina entre las diosas, me hizo permanecer durante muchos años en su cueva y quiso que yo fuera su esposo, y la engañosa Circe me retuvo con la misma intención en su palacio. Pero ninguna de las dos me convenció ni doblegó mi corazón, porque yo siempre deseé ver nuevamente a los míos.

Les contaré entonces mi regreso desde la tierra de Troya. El viento que nos traía desde Troya nos llevó a Ísmaro, patria de los cicones. Allí asolamos la ciudad y matamos a sus habitantes. Luego nos repartimos el botín y yo aconsejé a mis compañeros que partiéramos enseguida, pero los insensatos no me hicieron caso.

Los cicones que habían logrado huir fueron a buscar a los que habitaban tierra adentro. Llegaron al amanecer y entonces volaron las lanzas de bronce. Durante todo el día resistimos juntos a las naves, pero ellos eran muchos y al fin nos vencieron. Escapamos como pudimos, con el corazón entristecido por los compañeros que habían muerto en la lucha.

Y mientras nos alejábamos en las rápidas naves, Zeus levantó una terrible tempestad. Luchamos con fuerza durante dos días y dos noches, hasta que al tercer día la tormenta amainó. Doloridos y agotados, pusimos rumbo a Itaca; sin embargo, una fuerte marejada volvió a desviarnos y nos llevó a la tierra de los lotófagos, quienes se alimentan de flores.

Bajamos a la costa, nos aprovisionamos de agua y son sentamos a comer junto a las naves. Luego, envié a dos hombres a indagar quiénes habitaban esas tierras. Se encontraron los lotófagos y estos les dieron de comer loto. Y en cuanto lo probaron, se olvidaron inmediatamente de volver. Pero yo decidí ir a buscarlos y los hice volver a la fuerza. Enseguida ordené a mis hombres a embarcar, para que nadie más probará el fruto y se olvidara del regreso.

Homero

Glosario

Cicón: Tribu ubicada en Tracia.

Circe: Hechicera que habita en la isla de Ea.

Feacio: Pueblo de la isla de Esqueria.

Lotófago: Pueblo que se alimenta del fruto del loto.

Actividades

1.  Leemos con atención el texto.

Buscamos en el diccionario las palabras cuyos significados desconocemos.

2. Respondemos.

1- ¿Quién es el protagonista de la historia?, ¿Por qué Odiseo cuenta su historia a los reacios?, ¿Qué aventuras pasa Odiseo en su regreso a Itaca?, ¿Cómo resuelve las situaciones en las que se ve envuelto?

2- Reconocemos en el texto los verbos conjugados, sus tiempos y modos.

3- Analizamos del texto: ¿Cuál es el tiempo y modo verbal predominante?, ¿En qué casos se utiliza el modo subjuntivo?

3- Reconocemos en el texto oraciones en las que:

a. Se realiza una afirmación

b. Se realiza una negación

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