Arquitectos de nuestra vida

La profesora orientadora habla con la clase de Facundo acerca de este último tramo del año escolar y de los desafíos que conlleva para culminar bien el curso.

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Profe: Nos encontramos en el último tramo del año y es el momento de tener en cuenta todos los detalles para concluir bien el periodo escolar. Cada quien debe ser consciente de sus fortalezas y debilidades para saber dónde ajustar más y dónde estar más relajados.

Juanjo: A mí me estresan los exámenes y me parece que ya no voy a poder levantar mis notas en las materias en las que estoy flojo.

Anita: A mí también me estresa, pero voy a terminar bien el año.

Profe: Consideren estos exámenes finales como la oportunidad para lograr las capacidades en las que están flojas y afianzar aquellas en las que ya se encuentran bien. 

Facu: Considero que si los profes nos ayudan a ver en qué debemos insistir más y ser conscientes de nuestras propias posibilidades, estaremos más motivados para enfrentar esta etapa. Para mí, los exámenes son momentos de intenso aprendizaje, en los que siento que mi adrenalina está a full para enfrentar los desafíos de demostrar las capacidades que he ido desarrollando.

Aramí: ¿Cuál es la necesidad de dar exámenes?, ¿acaso son muy necesarios?

Profe: Los exámenes como momentos únicos para demostrar lo aprendido ya casi no existen. Los momentos de valoración del aprendizaje son variados y se dan a lo largo del año lectivo. La presentación de tareas, las exposiciones, la resolución de ejercicios en clase, los trabajos prácticos y otros son maneras de ir demostrando lo que se está aprendiendo. Por eso se van acumulando puntos. Pero llega un momento en el que se debe cerrar la valoración del año escolar, en que debemos demostrar si hemos logrado las capacidades en las que se han trabajado. Por ejemplo, demostrar que uno sabe desarrollar un ejercicio de matemáticas y aplicarlo en la solución de un problema, comprender un tema de ética y aplicarlo en un dilema ético, comprender los conceptos de ciencias naturales y demostrarlo en un experimento. Si se lo mira en esta perspectiva, esta etapa no tiene por qué ser tan estresante.

Facu: Dicho de ese modo, sí. Pero también es cierto que muchos profes al parecer no lo ven así, al menos a juzgar por lo que nos dicen y hacen. Nos insisten en que tenemos que estudiar en serio; o sea, memorizar, porque, de otra manera, el aplazo es inminente.

Juanjo: Sí, eso es lo que me estresa a mí.

Profe: Está bien. Con esos profes trabajamos también para cambiar su enfoque de evaluación hacia una valoración que involucre siempre más a los alumnos en la construcción de su aprendizaje.

Facu: Me gusta tener en cuenta una frase que mi abuelo me lo repite mucho: «Siempre es tiempo de aprender», por eso con la adrenalina de cierre de año, para mí, es un buen momento para puntualizar los aprendizajes que debemos incorporar en el año.

Profe: Facu lo dijo muy bien, aprender. Lo que significa mucho más que memorizar. Aprendizaje es construcción, ir agregando ladrillos sobre los ya puestos en el edificio que cada uno está construyendo. Este edificio necesita de bases y estructuras sólidas, pero las formas, texturas y colores no tienen por qué ser igual entre todos. Ánimo, que cada uno de ustedes es el mejor arquitecto e ingeniero de su propia vida.

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