Anahí (2) (adaptación)

Seguimos disfrutando de esta entretenida leyenda.

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Como comprenderán no era para darles la bienvenida.

Pero el más fantástico de todos sus embrujos era el que preparaba a los viejitos, cuando se veía que ya acababan los pasos que debían dar en este mundo.

Cuando llegaba el momento, preparados por Ynambu-hũ con rituales que duraban una semana, se internaban entre las sombras del bosque en noche de luna naciente y no regresaban.

Curiosamente, al día siguiente aparecía un ave nueva en los contornos si el desaparecido era varón. Y una nueva flor si era mujer.

Entonces, Ynambu-hũ les daba un nombre.

Él tenía especial predilección por su sobrinita, hija única de su hermano, el cacique de la tribu.

La niña era medio feúcha, pero simpática, vivaz y temeraria como un varoncito. Tenía una voz dulcísima. Dicen que dulce como el aguai.

Y eso se sabía porque, en ocasiones, se pasaba el día cantando e imitando el trinar de los pájaros que venían a posarse en sus hombros o a comer las semillas y bichitos que les ofrecía en la palma de sus manos.

Se la solía ver rodeada de aves y mariposas en las orillas del gran río.

Pero había otra cosa que también le atraía, y esa era muy peligrosa: le gustaba echarse al río, de espaldas, y dejarse llevar por la corriente.

En el río había remolinos que se tragaban a la gente, y más allá, una cascada inmensa, de una altura increíble, cuyo fragor se escuchaba desde muy lejos, como un trueno inacabable. La salpicadura que producían sus aguas, al despeñarse, se divisaba desde una distancia de casi un día de marcha.

Y aunque su rugido era atronador, su vista era bellísima, porque con la luz del sol se formaban, en el rocío de la salpicadura, unos arcoíris, por los que parecía que se pudiera caminar o cortar un pedazo para adornarse el pelo.

Ynambu-hũ temía que a su sobrina la tragara el abismo, si un día se dejaba llevar por la corriente hasta un punto sin retorno.

Y como la quería tanto, ensayó con ella el encantamiento que hacía a los viejitos cuando debían partir de esta tierra.

Él mismo no sabía si surtiría efecto en una niña en la que no se viera ningún signo de que fuera a partir próximamente con sus antepasados.

Actividades

1. Busca en el diccionario el significado de las siguientes palabras.

a. Aguai. ____________________.

b. Cacique. __________________.

c. Fragor. ___________________.

2. Elabora oraciones con las palabras anteriores.

3. Extrae la parte del texto que más te gustó y explica por qué.

Sobre el libro

Título: Anahí

Adaptación: Raúl Silva Alonso

Editorial El Lector

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