A más preguntas inferenciales, mejor interpretamos lo que leemos

Las preguntas inferenciales son aquellas que nos permiten ir más allá de las palabras; es decir, leer entre líneas y, a través de procesos mentales como la analogía, la comparación, el enlace con los conocimientos previos, la asociación de ideas, entender el o los mensajes del texto, la intencionalidad de su autor, entre otros.

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Te proponemos repasar la estrategia de uso de las preguntas inferenciales a partir de la lectura de los siguientes textos. Como verás, este tipo de preguntas conviene formularlas al término de la lectura para interpretar cabalmente lo que leemos; verás también que pueden aplicarse tanto a textos literarios como a otro tipo de textos.

Inventario de vida

Víctor Casartelli

La luz de la luna

que tan tiernamente se tiende en el campo

es mi madre de niña, acostada,

mientras contaba estrellas entre las reses

y el pasto húmedo de rocío,

en una dilatada pradera rodeada de castos naranjales

y del copioso aroma de los azahares.

Mucho tiempo después en la ciudad oscura,

levantaba la encendida candela de sebo

cuando escuchaba el chirrido de nuestro pecho infante

y la ronda insistente de demonio

que buscaba escurrirse entre las rendijas de la fe,

entre los eslabones del padrenuestro:

circundada de potros, de corderos blanquísimos

y de bandadas de palomas,

se acercaba a nosotros con el rostro iluminado

y era entonces como un faro en la oscuridad

de un extenso desierto

bañada en una música inaudible

que inundaba de sinfonías el asombro

de nuestros corazones.

Pero también encendía el carbón en el brasero,

cantaba,

barría la terca hojarasca de la desesperanza,

desgranaba el maíz,

tejía la albura de las colchas de la casa,

zurcía la ropa con agujas que cosían los desgarros

donde asomaba a veces el terrible fulgir

del relámpago de la miseria.

Preguntas inferenciales

¿Cuál era la condición socioeconómica de la madre y sus hijos en la época recordada por el poeta?

¿Era la madre una persona creyente o era no creyente?

Carrera de barcos en el Mburikao

I. G.

A inicios de los años 70, nuestro juego preferido en las calurosas siestas de verano era la carrera de barcos en el Mburikao. Formando canales y correntadas en un lecho duro, el arroyo corría en este trayecto detrás del entonces Hospital Juan Max Boettner —en un pedacito del barrio Santo Domingo, de Trinidad, en Asunción.

Mi abuelo materno era el carpintero del barrio y trabajaba en un galpón detrás de la casa en la que convivía nuestra familia. En aquellos tiempos, los retazos de madera que le sobraban eran míos. Afanándome, con dos o tres de esos retazos construí lo que yo llamaba mi barco carabela, relacionándolo con los de Colón.

Hacía rato que deseaba ganar en la carrera de barcos, siempre dominada por alguno de los Medina, Nelson o Fernando, y, entre otras cosas por las que los admirábamos, los más pillos del vecindario.

Aquella siesta inolvidable, salí con mi barquito carabela y fui a incitar la carrera de barcos. Casa por casa, junté al rato a mis amigos: José María, Carlitos, Luis, Nelson y Fernando. Las hojas de los guayabos tiritaban abrasados por los rayos ardientes del sol y nosotros correteábamos, como Jasy Jatere indomables, bajando al cauce del Mburikao.

Alineamos nuestros barcos en una curva del arroyo, donde iniciaba el barrio Chiquito, dejándolos ir con la correntada. Pronto mi barquito carabela tomó impulso y adelantó a todos. En el transcurso de la competencia, hasta llegar a la meta, en un remanso detrás de la cancha del 12 de Octubre, mi corazón no dejó de latir entusiasmado, saboreando la victoria que se veía segura. Desde aquella siesta, mi barquito carabela se convirtió por mucho tiempo en el señor de las carreras de barco en el Mburikao y yo, en su envidiado dueño.

Preguntas inferenciales

¿Por qué la siesta sería inolvidable para el protagonista de la historia?

¿Quién narra la historia?

Actividades

1. Nos dividimos en grupos y leemos el texto asignado por el docente.

2. Leemos también las preguntas elaboradas para el texto y las respondemos.

3. Elaboramos nosotros otras preguntas inferenciales.

4. Nos intercambiamos los textos con otro grupo.

5. Verificamos la congruencia de las respuestas a las preguntas que fueron respondidas por nuestros compañeros.

6. Sugerimos correcciones o ajustes de ser necesarios.

7. Respondemos las preguntas formuladas por nuestros compañeros.

8. Devolvemos el texto al grupo que originalmente lo trabajo.

9. Verificamos la congruencia de las respuestas a las preguntas que habíamos formulado.

10. Ajustamos o corregimos la totalidad de las preguntas con sus respectivas respuestas.

11. Socializamos el trabajo con los compañeros del grado.

12. Entregamos la hoja de preguntas-respuestas al docente para su evaluación.

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