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Dependiendo de cómo sean estos vínculos o redes que surgen, el modelo cooperativo podrá o no tener éxito. En un grupo de estudiantes donde constantemente surgen situaciones conflictivas o fricción entre compañeros o cuya característica predominante sea su alta competitividad, se altera el ambiente y es muy probable que fracasemos. Muy por el contrario, cuando las interacciones en el aula se dan en un marco de la comunicación asertiva, eficaz y fluida, hay cohesión y se puede percibir un ambiente mucho más propicio para el aprendizaje.
Para ello deben conocerse a fondo y estar convencidos de que todos son valiosos y de que entre todos consiguen objetivos que serían difícilmente alcanzables de forma individual. Solo así la cohesión del grupo irá en aumento. Con relación a la interacción entre iguales, debemos estar especialmente atentos a cuando se tiene a algún estudiante con alguna necesidad de apoyo especial. En este caso, es muy importante la sensibilización a través de dinámicas, círculos de amigos, contratos de colaboración o comisión de apoyo entre compañeros del grupo.
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Otro factor importante es la disponibilidad de los estudiantes hacia las tareas que propone el docente y que se sientan a gusto realizándolas.
Para la primera condición las tareas deben estar ajustadas a las capacidades y características de cada uno: no muy fáciles, no muy difíciles; para que todos los estudiantes de la clase puedan realizarlas.
Para la segunda condición, que se sientan a gusto realizándolas. Hay que aclarar que no se hace alusión a que los estudiantes hagan lo que quieran o solo las tareas que quieran, sino que, si se da la primera condición, es decir, que puedan realizarlas, automáticamente sentirán gusto a hacerlas. La cultura del esfuerzo genera satisfacción y es directamente proporcional a este. En este punto, tener la oportunidad de elegir entre varias opciones, como en una pizarra tatetí o en un menú de aprendizaje también genera que los estudiantes se sientan a gusto haciendo las tareas.
La estructura del aprendizaje cooperativo contribuye enormemente a desarrollar interacciones entre el profesor y sus alumnos, entre iguales y una disponibilidad del alumnado hacia las tareas que, en su conjunto, mejoran el ambiente o clima del aula y favorece la cohesión de comunidad de aprendizaje.
EJERCITARIO 30
1. Contesta.
a. ¿Cuáles son los dos factores que favorecen el aprendizaje cooperativo, según el material?
b. ¿Qué condiciones debe reunir una «tarea» para que los alumnos demuestren disponibilidad hacia ella?
Fuente: PUJOLÁS MASET, P. El aprendizaje cooperativo. 9 ideas clave. Editorial Graó. 2008.