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2. La estructura de finalidades
Varía según se relacione con una estructura de actividad individualista, competitiva o cooperativa.
En una estructura individualista, un estudiante consigue su objetivo: aprender lo que el docente le enseña, independientemente de que los demás consigan el suyo. En este caso, se dice que no hay interdependencia de finalidades.
En una estructura competitiva, un estudiante consigue su finalidad, aprender lo que el docente le enseña antes que los demás o, incluso, mejor que los demás. En este caso se da lo que conocemos con el nombre de interdependencia negativa de finalidades. El saber más que el otro se configura en la finalidad de la clase, como parámetro del más inteligente, el mejor alumno, el superior a los demás. El conocimiento se convierte en una posesión que distingue al superior del inferior.
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Por otro lado, en una estructura de la actividad cooperativa, un estudiante consigue la doble finalidad que persigue (aprender lo que el docente le enseña y, además, contribuir a través del trabajo en equipo, a que lo aprendan también sus compañeros.
3. Estructura de la autoridad
En la estructura más general del proceso de enseñanza y aprendizaje también podemos distinguir la estructura de la autoridad o de la toma de decisiones que regula todo lo que hace referencia a quién decide y cómo lo decide, qué hay que aprender y cómo hay que aprender, qué hay que evaluar y cómo hay que evaluar. Esta estructura de la autoridad cobra matices distintos según se corresponda con una estructura de la actividad individualista, competitiva o cooperativa.
En el trasfondo de una estructura de la actividad individualista o competitiva existe, por una parte, la convicción de que las relaciones que se establecen entre los estudiantes en el transcurso de las actividades de aprendizaje tienen una influencia secundaria, sobre el rendimiento escolar. Por lo tanto, no debemos extrañarnos de que en estas dos formas de estructurar el aprendizaje se reduzcan a la mínima expresión, ya que en ambas estructuras el profesor es el principal responsable, por no decir el único, en la gestión del currículo y de la clase, él decide qué, cuándo y cómo hay que enseñar y evaluar. Los estudiantes no son más que receptores pasivos.
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En cambio, en una estructura cooperativa se favorece la autonomía de los alumnos frente al poder casi absoluto del profesor. Este aspecto claramente diferenciador del modelo cooperativo. Mientras más estudiantes puedan trabajar de forma cooperativa, autónoma y autogestionada el docente tendrá más tiempo para dedicarse a quienes más lo necesiten. Aquí, el profesor no es el único que enseña a los estudiantes, comparte con ellos la responsabilidad de enseñar y los estudiantes también enseñan y aprender unos de otros.
EJERCITARIO 27
Explica cómo se caracteriza la estructura de la autoridad en un enfoque cooperativo.
Fuente: PUJOLÁS MASET, P. El aprendizaje cooperativo. 9 ideas clave. Editorial Graó. 2008.