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Llegó el tiempo para disfrutar de un breve descanso de la rutina pedagógica; lo que no significa que nos olvidemos de seguir desarrollando actividades mentales y físicas, pero destinadas a estimular las relaciones con nuestro entorno familiar y reponer las energías.
Podemos distribuir nuestra jornada entre el deporte, los juegos al aire libre, viajes, la cocina, las películas, las visitas a parientes, y por supuesto, las lecturas. ¿Cuáles de esas propuestas les gustarían realizar?
1. Leer y leer
Las vacaciones son el momento ideal para leer aquellos libros que estamos teniendo en el estante, los que queremos usar de una amiga o de la biblioteca. Esos libros que no están en la lista de lectura obligatoria del colegio, y que nos interesan por su temática o porque aportan a nuestro conocimiento de mundo.
Intenten buscar libros de todo tipo de emociones. Los grandes libros no siempre resultan placenteros de leer; a veces generan llanto, tristeza, susto o algún tipo de quebranto; pero eso es lo que busca la literatura: crear un mundo ficcional que repercuta en nuestro mundo personal.
Lea más: Lectura interpretativa
Algunas sugerencias:
- El principito. Antoine de Saint Exúpery.
- Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.
- La seca y otros cuentos. Renée Ferrer.
- Yo el supremo. Augusto Roa Bastos.
- Maus. Art Spiegelman.
- Ética para Amador. Fernando Savater.
- La llamada de Cthulhu. Lovecraft.
- Cien años de soledad. Gabriel García Márquez.
- Romeo y Julieta. William Shakespeare.
- Poemas de autores paraguayos y latinoamericanos.
- Cuentos de Borges.
2. Club de lectura y cine invernal
Ver películas y leer libros es una magnífica combinación. Organicen con sus compañeros un club para leer y ver películas. Las tardes de vacaciones de invierno son especiales para leer y comentar.
- Cada uno puede leer un fragmento en voz alta.
- Compartir un fragmento de su elección.
- Preparar una presentación para compartir con los compañeros cuando vuelvan a clases.
Te dejamos una sugerencia ideal para ver en los dos formatos.
El libro de Lucy M. Montgomery cuenta la historia de Anne Shirley, una niña huérfana con mucha imaginación que logra encandilar a todos los habitantes de Avonlea, el pequeño pueblo pesquero ficticio en la Isla del Príncipe Eduardo. A pesar de que la obra se publicó por primera vez en 1908, sigue cautivando a la juventud y a los adultos; incluso ahora se proyecta en Netflix con el nombre Anne con E, y volvió a ponerse de moda.
- Pueden ver la serie y luego leer el libro o hacerlo al mismo tiempo.
- El libro brinda más datos y detalles que la serie.
- Pueden fijarse en cómo ambos formatos varían la forma de presentar la obra.
3. Paseos al aire libre
Visitar cerros, bosques y hacer senderismo en lugares maravillosos y sencillos de nuestro país puede beneficiar enormemente a nuestra recuperación de energía.
Puedes mirar las sugerencias que aparecen en los diarios, preguntar a los adultos qué lugares se pueden visitar, y ponerte de acuerdo con los compañeros y vecinos para organizar la tarde de pícnic, senderismo y lectura en el bosque.
Los que se animen pueden armar un libro de cuentos y decorarlo con elementos del bosque: hojas, ramas y plantas diversas.
Lea más: Estrategias de interpretación lectora
4. Visitar un museo, una ruina
¿Conocen los museos de Paraguay? ¿Ya fueron a las misiones jesuíticas?
Cualquiera de los lugares vale la pena. Los restos gloriosos de nuestra historia y cultura.
5. Ver una obra de teatro
Los diferentes elencos del país suelen preparar funciones para las vacaciones. Solo tienen que averiguar una semana antes, y podrán disfrutar de las maravillas del arte escénico.
6. Actividades dentro de la casa
Juego de palabras
Con cualquier material reciclable armamos un juego de mesa con tarjetas.
Cada equipo prepara una lista de palabras, algunas de ellas deben estar relacionadas con las vacaciones, y le pasa al otro grupo para que encuentren esos vocablos.
Aprendizaje de idiomas
Las vacaciones funcionan muy bien para reforzar una lengua a través de clases de conversación. Si no hay recursos económicos pueden descargar aplicaciones gratuitas para comenzar. Preparan un cuaderno para ir anotando los vocablos y las frases que van aprendiendo.
Recuerdos en familia
En las vacaciones podemos visitar a los abuelos, tíos, primos, y aprovechar para animarlos a contar historias, esas que refrescan el alma porque nos traen un pedazo de los ancestros y otros seres queridos. No hay nada mejor que sentarse en círculo a escuchar lo que cuentan los mayores acerca de sus vivencias. Permite perpetuar el recuerdo familiar.
7. El diario de vacaciones
Tener una pausa en las tareas escolares es un buen momento para iniciar la práctica de tener un diario.
Pueden prepararlo de manera artesanal, anexando hojas recicladas y pegadas con cinta.
Agregar fotografías, pegar la boleta de entrada al cine, al teatro, etc., le darán un toque especial. Piensen en la gran dicha que tendrán en un futuro no tan lejano, cuando encuentren y relean ese diario; y de paso, no se olvidan de escribir.