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El cuidado del medioambiente no tiene edades, es algo que debe importarnos a todos, puesto que nuestra calidad de vida depende de ello. El aire que respiramos, los animales en peligro de extinción, los ríos y mares contaminados, entre otros, se ven comprometidos por los excesivos abusos que se cometieron a lo largo de los años.
Comencemos por la casa: no desperdiciemos el agua. Una idea para ayudar con esto es reutilizar el agua de floreros para regar plantas en macetas. Cada vez que entremos a ducharnos debemos recordar que no es necesario quedarse tanto tiempo bajo el agua ni dejar canillas abiertas al cepillarnos los dientes o que estén con goteras.
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Otra forma de ayudar al medioambiente es disminuyendo el plástico que compramos. Existen muchas formas de reemplazar el uso de plástico por alternativas más ecológicas, por ejemplo utilizar bolsas reutilizables de tela en vez de bolsas de plástico de un solo uso para hacer las compras. Elegir las botellas de vidrio a las plásticas es también una buena práctica.
También nuestros juguetes están en la mira: es mejor optar por los de madera o tela, más durables y menos contaminantes.
Comprar menos es también una ayuda para el medioambiente, pues estaremos generando menor desperdicio. Ejemplo: compremos menos ropa, pero de mejor calidad. Comprar en tiendas de segunda mano es también una forma de dar nueva vida a una prenda.
Utilizar la bicicleta o caminata para ir a algún lugar no tan lejano es también una ayuda para evitar combustibles tóxicos para el medioambiente.