Cada grupo social establece su propia escala de valores y se va dando un sinnúmero de relaciones de aprecio, aceptación y admiración.

Los valores de cada grupo social se constituyen en una vida. En una filosofía, llevan a cada uno de sus miembros a tratar de ser mejores cada día. Los valores son, ante todo, realidades que tienen una función central en la vida social, es decir, no se los puede descubrir en la sociedad.

Por todo ello, valor es todo aquello deseable por el ser humano, que hace más perfecto y mejor a quien lo posee y lo comunica. En este sentido, valor es todo aquello que nos perfecciona, que nos hace más personas para bien del grupo social.

En los grupos sociales, así como se dan y se presentan los valores, también se expresan los antivalores. De esta manera, podemos observar que hay personas dedicadas a tareas de servicio a la comunidad y otras que solo se preocupan de su bienestar personal sin importarles las necesidades de las demás personas.

A continuación, las lecturas nos ilustran distintas realidades que vivimos hoy.

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Lectura

«Todo vale, qué más da»

Con la apertura de un nuevo milenio, hemos asistido al final de una civilización, y podemos decir que esta se cierra con la caída en bloque de los sistemas totalitarios en los países del Este de Europa. Aún quedan reductos sin desmantelar en esa misma línea política e ideológica, aunque, por otra parte, se anuncian nuevas prisiones para el ser humano, con otro ropaje y semblantes bien diversos. Así como en los últimos años se han puesto de moda ciertos productos light, como ser el tabaco, algunas bebidas o ciertos alimentos, también se ha ido gestando un tipo de persona que podría ser calificada como «la persona light». Bien podríamos preguntarnos sobre quién es la persona light, o cómo podríamos definirla. Se trata de una persona relativamente bien informada, pero con escasa educación humana, muy entregada al pragmatismo, por una parte, y a bastantes tópicos, por otra. Todo le interesa, pero su nivel es superficial; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe, y, en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que lo acepta todo, pero que carece de unos criterios sólidos en su conducta.

Todo se torna leve, volátil, vanal, permisivo. Ha visto tantos cambios, tan rápidos y en un tiempo tan corto, que empieza a no saber a qué atenerse o, lo que es lo mismo, hace suyas afirmaciones como «todo vale», «que más da» o «las cosas han cambiado», y así nos encontramos con un buen o una buena profesional en su tema, que conoce bien la tarea que tiene entre manos, pero que fuera de ese contexto va a la deriva, sin ideas claras, atrapado, atrapada —como está—en un mundo lleno de información, que le distrae, pero que poco a poco lo convierte en una persona superficial, indiferente, permisiva, en la que anida un gran vacío moral.

Actividades

1 Elabora un resumen de la lectura «Todo vale, qué más da».

2 Excribe tu apreciación personal sobre el texto leído.

Fuente: MEC (2000) Formación Ética y Ciudadana 9. Asunción, Paraguay.