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La concepción de la evaluación
Hay un amplio consenso en considerar a la evaluación como un proceso consistente en identificar, obtener y proporcionar información útil y valiosa acerca de un programa, valorándolo en sus metas, en su planificación, en su realización y en sus resultados, con el propósito de contribuir a su comprensión que guíe la toma de decisiones, y con el criterio de su valor, como respuesta a las necesidades y de su mérito o calidad (Stufflebeam y Shinkfield, 1987).
El enfoque de evaluación orientada a la toma de decisiones de mejora se centra en conocer mediante la recogida sistemática de información:
- Las necesidades en sus contextos.
- La calidad de los programas y sus metas, en coherencia con las necesidades.
- La planificación de la puesta en práctica de los programas, junto con el estudio de los recursos necesarios incluida la formación del personal.
- El seguimiento de la aplicación.
Lea más: La gestión educativa (10)
Los clientes de la evaluación
Cuando se decide realizar la evaluación de un programa o de una institución desde el principio se debe identificar a los diferentes grupos implicados y sus necesidades de información. Por ello, los evaluadores deben atender no solo las demandas de quien debe tomar las decisiones, sino que, por cuestiones éticas, también debe atender a las personas que forman parte de la institución y están implicadas en los programas y en su evaluación informándoles de los resultados de la evaluación.
La evaluación debe servir, por tanto, a:
- Los responsables del programa.
- Los que lo llevan a la práctica.
- Los que se benefician de los servicios del programa.
- Las empresas que emplean a los formados en el programa.
- La sociedad.
Los evaluadores deben informar a todos, sin ocultar información relevante, dado que dificultaría las posibilidades de mejora y serviría a unos frente a otros. La información evaluativa debe aportar nuevas luces sobre las concepciones de la naturaleza de los problemas sociales o sobre la teoría implícita de las actividades de los programas. Los evaluadores al concluir su trabajo evaluativo, deben informar a todos los que intervienen en el programa sobre cómo trabaja el programa y cómo mejorarlo en coherencia con los cometidos o fines para los que se creó junto con las necesidades actuales y futuras detectadas.
Los criterios para evaluar los programas
Tres son los principales criterios utilizados en la evaluación de los programas:
- Los criterios epistemológicos.
- Los criterios legislativos.
- Los criterios sociales.
Las metas de los programas, y sus objetivos concretos, es el criterio fundamental para evaluar los programas. Si tenemos un programa educativo fundamentado en la teoría educativa o el programa. El criterio es clave para la evaluación. La fundamentación teórica de aquello que queremos investigar es un elemento importante del proceso de investigación evaluativa, porque en él deben estar recogidos los principios, las metas y contenidos que orientan la acción.
Las exigencias legales, las sociales y las necesidades reales, actuales o potenciales son igualmente criterios utilizados para comprobar la calidad de un programa y el funcionamiento de un programa. Hay programas que se crean por un mandato legal para solucionar una necesidad, y su evaluación debe comprobar si satisface la necesidad para la que se ha creado el programa.
Ejercitario n.° 11
1. Menciona en qué se centra la recogida sistemática de información, en el enfoque de evaluación orientada a la toma de decisiones de mejora.
2. Nombra tres clientes de la evaluación.
Fuentes: OVANDO RODRÍGUEZ L. J. (2015, noviembre 9). Reflexiones sobre gestión educativa y enseñanza. ÁLVAREZ, M. ET AL. (2010). Los equipos directivos en centros de primaria, elementos básicos del éxito escolar. Madrid: Ministerio de Educación. GAIRÍN, J; RODRÍGUEZ GÓMEZ, D. (2015). Innovación, aprendizaje y gestión del conocimiento en las instituciones educativas. Revista Educación 2015. N.º 46 (73-90). Gil, J (1992).