Cargando...
Todos poseemos huellas dactilares únicas; no hay una sola persona en el mundo que tenga unas huellas iguales a las nuestras. Este es tan solo un ejemplo para explicar que somos realmente únicos, así tengamos hermanos gemelos muy parecidos a nosotros, siempre hay diferencias.
Ser únicos y diferentes es algo bueno, pues con esto en mente podemos estar seguros de nosotros mismos, sin compararnos con los demás. También podemos apreciar a cada persona en nuestra vida con sus características propias, sus debilidades y fortalezas. Comprender que todos somos diferentes nos hace más tolerantes.
Lea más: Somos únicos
Nuestras características únicas pueden ser físicas y también de carácter y habilidades, razón suficiente para nunca compararnos con los demás por nada. Todos tenemos algo en lo cual nos destacamos más que otros, pues son nuestras fortalezas y, si las desarrollamos adecuadamente nos destacaremos en las áreas en que se manifiesten. Por otro lado, todos tenemos áreas de la vida en las que no nos desempeñamos igual de bien que otros, nos cuesta más aprender. Esto no debe ser motivo de sufrimiento, sino debe servirnos para conocernos y motivarnos a ser siempre mejores en lo que sea que estemos haciendo, pero siempre conociéndonos.
Todos nacemos con un color de piel, cabello y ojos característicos; algunos crecemos hasta llegar a ser muy altos, pero otros no. En cuestión de peso o forma del cuerpo también hay diferencias y estas jamás deben ser motivo de burla ni discriminación. Aceptarnos como somos es clave para también respetar a los demás.