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Ninguna otra teoría acerca del origen y mantenimiento de la diversidad biológica posee tantas evidencias de estudios científicos como la actual teoría de la evolución. Veamos las diferentes pruebas:
Pruebas biogeográficas
Consisten en la existencia de grupos de especies más o me[1]nos parecidas, emparentadas, que habitan lugares relaciona[1]dos entre sí por su proximidad, esas especies próximas pro[1]vienen de una única especie antepasada que originó a todas las demás, a medida que pequeños grupos de individuos se adaptaban a las condiciones de un lugar concreto. Ejemplos: las aves pinzones de las islas Galápagos estudiadas por Darwin, las grandes aves no voladoras distribuidas por el hemisferio sur, como los ñandúes sud[1]americanos y las avestruces africanas.
Pruebas paleontológicas
Existen muchas series de fósiles de plantas y animales que nos permiten reconstruir cómo se fueron adaptando a las cambiantes condiciones del medio, como el paso de reptiles a aves a través del Archaeopterix (ave fósil con características reptilianas con pico y dietes y alas con púas) o la evolución de los caballos para adaptarse a las carreras en las praderas.
Pruebas embriológicas
Relacionadas con las pruebas anatómicas. Los embriones de los vertebrados nos dan una interesante visión del desarrollo evolutivo de los grupos de anima[1]les, ya que las primeras fases del desarrollo embrionario son iguales para todos los vertebrados, siendo imposible diferenciarlos entre sí; solo al ir avanzando el proceso cada grupo de vertebra[1]dos tendrá un embrión diferente al del resto, siendo tanto más parecidos cuanto más emparentadas estén las especies.
Fuente: https://bit.ly/3QFMRKt