Hoy practicaremos ambas formas en la redacción de un párrafo.
1. Para recordar: La cita puede ser directa (cita textual) o parafraseo.
¿Qué es una cita textual?
Una cita es textual o directa cuando se reproduce palabra por palabra directamente la expresión textual de una persona.
- Cuando se reproduce menos de 40 palabras (alrededor de 3 líneas) se incorporan en el mismo párrafo entre comillas.
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- Cuando se reproduce más de 40 palabras se destacan en el texto en forma de bloque sin el uso de comillas. En una línea nueva, sangrando la misma y las subsiguientes líneas a cinco espacios.
¿Qué es el parafraseo?
Consiste en expresar con palabras propias la información contenida en un texto. También en
este caso se debe señalar la fuente (el nombre y apellido del autor).
Texto n.º 1
América hispánica: La poesía romántica rioplatense
En el Río de la Plata surgen dos generaciones románticas.
La primera incluye la obra del iniciador de este movimiento literario en América, Esteban Echeverría, y la de José Mármol.
La segunda abarca la obra de Olegario Víctor Andrade, en la que abundan los motivos cívicos y filosóficos, su poesía más conocida es El nido de los cóndores; la de Rafael Obligado, de tono íntimo y elegíaco, que se destaca con su poema gauchesco Santos Vega, y la de Carlos Spano, quien poetiza los temas cotidianos.
Además, hay que incluir dentro del Romanticismo una manifestación típicamente rioplatense: la poesía gauchesca, cuyo máximo exponente es el Martín Fierro, de José Hernández.
Yacubson, Martha Fernández. (1979). Literatura española e hispoanoamericana. Editorial Kapelusz, Buenos Aires
2. Lee con atención los siguientes textos, que serán nuestras fuentes.
Texto n.º 2
Rasgos de la estética romántica
Caracterizan la estética romántica una ferviente pasión por la libertad, que llevó a los escritores a rechazar reglas generales y universales (por eso, el gusto de entonces por la literatura clásica española, siempre creada al margen de las reglas) y a exaltar la libre inspiración, y la exclusión de todo dictado que no provenga de la propia voluntad artística: se disolvieron las fronteras entre los géneros (en el teatro se mezclaron, como en el Barroco, lo trágico y lo cómico; en la poesía, se combinaron lírica y épica), las exigencias de las unidades dramáticas fueron desobedecidas, se rehuyó la exigencia neoclásica del buen gusto. El presupuesto general era la ruptura con la creencia de que la obra de arte debe ajustarse a modelos preestablecidos; el Romanticismo invocaba como único precepto el valor individual o subjetivo que debería imponer la propia obra.
Durante el Romanticismo la creación literaria sirvió para manifestar espontáneamente la subjetividad, el sentimiento y la emoción, la insatisfacción generada por un mundo frustrante que hizo preferir épocas pasadas al prosaísmo de la contemporánea (de ahí el gusto por las historias medievales manifestadas en dramas, novelas, leyendas, etc.).
Característico de este tiempo es un desasosiego espiritual causado por el choque entre lo deseado y lo vivido, por la confrontación entre el ideal y la realidad, el yo y el mundo.
Cervantes (2022) Recuperado de https://cvc.cervantes.es/