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Existe una serie de condiciones en las que estas tecnologías pueden resultar un riesgo si su uso es desmedido y no vigilado. Los niños y los adolescentes pueden verse absorbidos por todas las posibilidades que nos ofrecen, por eso es importante que los adultos tengamos claro cómo poner límites, sin tener miedo de poner normas, es la manera que tenemos de proteger a los niños y adolescentes que aún no tienen suficiente criterio para decidir. Los adultos tenemos la responsabilidad de ayudarles a conocer las oportunidades, los riesgos, y a enseñarles a hacer uso de las tecnologías con buen criterio. Una de las claves para conseguirlo es dando ejemplo.
No en todos los hogares el uso de la tecnología es desmedido.
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Algunos efectos del uso excesivo del internet (Martínez, García y García, 2015) son:
- Privación del sueño por tiempos de conexión anormalmente altos.
- Descuido de actividades familiares, sociales, desempeño escolar, otros.
- Mentir sobre el tiempo real que se está conectado.
- Aislamiento social, irritabilidad y reducción del rendimiento académico.
Otras recomendaciones son:
- El uso de los equipos tecnológicos (celulares, computadoras, tabletas, videojuegos, televisores) deberían estar en un lugar visible de la casa. Esto permite regular su uso en horarios adecuados y ser supervisado por un adulto responsable.
- La tecnología debe ser un medio para fomentar el desarrollo adecuado, el conocimiento, la información o comunicación. Los programas, equipos y juegos deben ser adecuados a la edad del usuario y su grado de desarrollo.
- Compartir el uso de las tecnologías en compañía de otros adultos responsables y de confianza.
- Establecer un horario específico que les permita alimentarse, descansar, dormir, socializar y ejercitarse a lo largo del día o la semana.
- Aprender y mostrar las formas en las que los datos y la información que compartimos en los equipos tecnológicos se vuelven públicos o pueden ser sustraídos, alterados o compartidos.
La escuela tiene su responsabilidad en la formación de los alumnos, pero la función educadora de los padres y de las madres es indelegable, y esa es una realidad del todo incuestionable. Y eso significa tiempo y dedicación.
Fuente: https://bit.ly/3IgGrNb