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El cruel Isambart de Bellame había hecho un trato con el padre Hugo, abad de Santa María. El abad debía darle en matrimonio a su sobrina Mariana.
Para celebrar la boda, ella debía ser trasladada de su castillo de Kirkless al de Evil Hold, morada del pérfido Isambart.
Aunque la sola idea repugnaba a la joven, no tenía forma de evitar el casamiento y había decidido quitarse la vida si llegaba ese momento.
Luego de derrotar a Gisborne y su tropa, Robin se acercó a Mariana con la intención de devolverla a su punto de partida. ¡Amor a primera vista! Dos días después fray Tuck declaraba marido y mujer a Robin y Mariana.
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¡No pueden imaginarse lo que fue la fiesta en medio del bosque!
Un tiempo después, Will Scarlett, uno de los hombres del círculo íntimo de Robin, fue hecho prisionero e iba a ser ahorcado en Evil Hold.
Robin entró en una carreta disfrazado de leñador, soltó en el patio del castillo varios panales de abejas que tuvieron entretenidos a los soldados de la guardia, rescató a Will y a cierto anciano caballero que también estaba prisionero y escaparon por una puerta secreta del muro.
Mientras tanto, sus hombres eran dirigidos por un Caballero Negro a quien habían encontrado cuando planeaban el ataque, entraron por las puertas abiertas por Robin e incendiaron el castillo. El anciano caballero rescatado del castillo, resultó ser ¡el padre de Mariana! A quien ella creía muerto.
Y el caballero negro era nada menos que ¡Ricardo Corazón de León!, el legítimo rey de Inglaterra, que había sido liberado merced a que Robin había completado el precio de su rescate... ¡con lo «recuperado» en sus correrías contra los normandos!
Ricardo abolió el decreto que declaraba fuera de la ley a la alegre banda de salteadores y nombró a Robin guardabosque y señor de Sherwood.
- ¿Quién se queda conmigo en Sherwood? –preguntó Robin a sus hombres.
Y una sola fue la respuesta:
- ¡Todos!
Sobre el libro
Título: Robin Hood
Adaptación: Raúl Silva Alonso
Editorial: El Lector