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La onomatopeya es una clase de palabra independiente y parte de la oración, es invariable y no guarda relación con otras construcciones sintácticas. Tiene un papel morfosintáctico, es decir, tiene una forma determinada y ejerce una función en la oración.
En lo que respecta a la forma de las onomatopeyas, hay tres modalidades: por repetición, derivación y composición.
La repetición de las onomatopeyas cumple tres funciones principales:
1. Expresar la idea de un ruido que se desarrolla continuamente o un número indeterminado de veces (ejemplo: El tictac del reloj).
2. Intensificar la percepción de los fonemas, asegurando así su correcta decodificación.
3. Crear un ritmo y armonía en la pronunciación que reproduzca lo más fielmente posible el ruido designado. Esto es habitual encontrarlo en los estribillos de algunas canciones como, por ejemplo:
- ¡Cu, cu! Cantaba la rana ¡Cu, cu! debajo del agua ¡Cu, cu! pasó un caballero ¡Cu, cu! de capa y sombrero. (Canción infantil)
Del uso del recurso de la repetición en la onomatopeya, han surgido palabras y locuciones como: cacarear, ronronear, murmurar, cuchichear, tartamudear, gárgara, el tictac (del reloj), el zigzag (del camino), el chischás de las espadas.
Las onomatopeyas también aparecen en modismos o en locuciones adverbiales. Ejemplos:
- Cuando eres rápido en algo… «lo haces en un plisplás» (o en un pispás).
- Si no estás muy convencido con algo… «no te dice ni fu ni fa».
- Cuando alguien es muy pesado… «es que estaba que si patatín patatán».
- Cuando no te encuentras muy bien… «estás regulín-regulán, o así o asá».
- ¿Has estudiado mucho para un examen? Entonces probablemente te sepas el tema «de pe a pa».
Fuente: https://bit.ly/3rRFLr