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Terminada la Guerra contra la Triple Alianza, con un Paraguay sumido en una profunda crisis, comenzaba la dura labor de reconstrucción. Gobiernos de corta duración impuestos por los vencedores del conflicto y en medio de disputas políticas por el poder, los sobrevivientes de esta gran hecatombe dieron inicio a un largo proceso de reconstrucción sobre las cenizas de lo que fue el Paraguay, y fueron sin dudas las mujeres las grandes protagonistas de este proceso.
Las consecuencias humanas de la guerra
Todos los textos de historia y los historiadores, nacionales y extranjeros, coinciden en el hecho de la drástica disminución de la población paraguaya luego de la guerra, y más allá de las cifras que muchas veces difieren entre sí, el Paraguay perdió más de la tercera parte de su población.
Los sobrevivientes fueron en su mayoría mujeres, niños menores de 14 años y ancianos; y se convirtieron en los protagonistas anónimos del duro proceso de reconstrucción del Paraguay.
Mientras los políticos trataron de gobernar a tumbos los despojos del Estado paraguayo, la reconstrucción social recayó en la labor de las mujeres, quienes –provenientes de distintas clases sociales– se dedicaron a las tareas económicas: trabajo en el campo, tanto con la agricultura como con el ganado, el comercio y la industria. Sus propias producciones llevaban hasta el mercado para su comercialización. De esta manera, la producción de las mujeres logró abastecer a casi toda la población. Así también las industrias caseras de tabaco, miel, tejidos, dulces y otras producciones tradicionales fueron un gran aporte para el resurgimiento del país. Estas mujeres son conocidas como Las Residentas.
Fuentes: MONTE DE LÓPEZ MOREIRA, M. (2005) El régimen Libelar. La década de la posguerra. Asunción: Arandura