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¿Cómo podemos aprender a ahorrar?
Una manera sencilla es practicar con nuestros padres alguna forma de ahorro que nos permita llegar a un objetivo claro, como por ejemplo comprarnos algún juguete que nos gusta, o hacer algún regalo a alguien que nos cae muy bien. Si recibimos dinero podemos reservar siempre una parte y guardarla en una alcancía.
Si no tenemos una alcancía, no debemos desanimarnos, ya que podemos hacer una nosotros mismos. También podemos utilizar un sobre o, simplemente, un frasco vacío para ir juntando monedas y billetes. Para ahorrar debemos aprender a tener paciencia, ya que es algo que lleva tiempo y si no sabemos esperar lo suficiente, no podremos obtener lo que nos propusimos en un comienzo.
Podemos definir desde el principio por cuánto tiempo queremos ahorrar, o hacerlo sin un plazo fijo y simplemente recurrir a nuestros ahorros cuando creamos necesario hacer uso de ellos. Esto sucede a menudo cuando se tiene alguna emergencia y, si bien no estaremos utilizando nuestro dinero para lo que habíamos pensado en un comienzo, estaremos dándole de igual manera un buen uso. En estas ocasiones podemos aprovechar para notar que gracias a nuestra paciencia de tanto tiempo, pudimos tener esa cantidad de dinero disponible.
Hacemos nuestra propia alcancía
Materiales
- 1 frasco vacío y seco de leche en polvo u otro tipo de lata
- 1 cartulina
- Papeles de revistas o diarios en desuso
- Pegamento
- 1 tijera o cúter
- Témpera
Procedimiento
1. Utilizando la lata como molde dibujamos un círculo sobre la cartulina.
2. Luego pedimos a un adulto que corte una ranura en el medio de este círculo, que será nuestra tapa.
3. Cortamos varias tiras no tan finas de papel y los untamos con pegamento para fijar la tapa a la lata.
4. Forramos la lata con este mismo procedimiento, cuidando de no tapar la ranura por donde deben poder entrar monedas o billetes.
5. Pintamos con témpera con los colores que más nos gustan.