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La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona que al menos 60 % de la población del mundo vive una vida sedentaria, sin realizar suficiente actividad física, según lo recomendable para la edad y la condición de cada persona.
Causas del sedentarismo
El sedentarismo es considerado un problema de salud pública a nivel mundial. Algunas de sus causas son las siguientes:
- Comportamientos sedentarios en actividades laborales y domésticas.
- Desinterés por practicar algún deporte.
- Escasa motivación para realizar ejercicio físico.
- Dietas ricas en grasas y carbohidratos.
- Uso de medios de transporte pasivos.
- Superpoblación en las grandes ciudades.
- Ausencia de parques o instalaciones deportivas o recreativas cercanos.
- Pobreza.
- Ignorancia de los beneficios para la salud de la actividad física.
- Criminalidad.
- Elevada densidad de tráfico.
- Falta de tiempo por exceso de trabajo.
- El desarrollo de la tecnología, debido a que los aparatos electrónicos, como teléfonos inteligentes, tabletas, consolas de videojuegos; las personas tanto adultas como niños ahora invierten más su tiempo en la utilización de dichos aparatos y dispositivos en vez de la práctica de deportes y actividades físicas.
Consecuencias del sedentarismo
La ausencia de actividad física trae consecuencias para el estado de nuestro organismo, como causar (o aumentar las probabilidades de tener) graves problemas de salud. Algunas de las consecuencias más comunes son:
- Obesidad, hipertensión arterial, diabetes, ansiedad, infarto, aumento del colesterol, otros.
- Cansancio.
- Estrés
- Niveles emocionales bajos.
- Problemas de cuello y espalda.
- Pérdida de flexibilidad en las articulaciones.
- Problemas de sueño.
- Debilitamiento óseo
- Trastornos digestivos.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Atrofia muscular.
- Osteoporosis.
- Envejecimiento
Cómo combatir el sedentarismo
Para evitar tener un estilo de vida sedentario que pueda tener consecuencias en la salud, lo fundamental es la práctica frecuente de actividades físicas, como caminar, correr o subir escaleras, así como practicar algún deporte, como la natación, el ciclismo, el baloncesto o el fútbol, solo por nombrar algunos.
La actividad física debe ser regular y metódica, y debe adaptarse al estilo de vida y las condiciones de cada persona. Lo importante es poner todos los órganos en funcionamiento, fortalecer los músculos y huesos, y mejorar el sistema circulatorio.