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Otras acciones para conservar el suelo
El uso sostenible de la tierra. Puede ayudar a reducir los impactos de la agricultura y de la ganadería, y evitar la degradación del suelo por la pérdida de nutrientes.
La plantación de vegetación (forestación). Fomentar la plantación sostenible en territorios expuestos o zonas donde hubo despliegue de maquinaria para la construcción ayuda a estabilizar el terreno y sus nutrientes.
La construcción de canales de desagüe. En zonas donde el suelo tiene poca capacidad de absorción, los desagües pueden ayudar a canalizar el agua para evitar inundaciones.
La deforestación es la acción que ocasiona la pérdida de hábitat de millones de especies animales y vegetales. Es provocada por el ser humano al desmontar los bosques y las selvas mediante la tala o la quema. Si esta acción se realiza de manera intensiva y no es seguida por la práctica de reforestación adecuada genera daños graves en el suelo y en el ecosistema. La tala indiscriminada de árboles altera las condiciones climáticas, porque estos protegen el suelo y mantienen la humedad del ambiente y el ciclo del agua que devuelve vapor a la atmósfera. Además de intervenir en el clima, los árboles absorben los gases que provocan el calentamiento global. Su ausencia, debido a la tala indiscriminada, altera la concentración de gases de la atmósfera.
La vegetación mantiene las propiedades del suelo, evita la erosión, ocupa un lugar clave en el ciclo del agua –y consecuentemente en el clima– y conserva la biodiversidad. Por eso, para mantener la armonía del ecosistema, es indispensable el cuidado y mantenimiento del suelo.