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Los órganos de la excreción son los riñones, las glándulas sudoríparas y los pulmones que eliminan los productos de desecho del organismo.
Las glándulas sudoríparas eliminan sustancias de desecho en forma de sudor.
En los pulmones se produce la eliminación de CO2 (dióxido de carbono) cuando sale con el aire espirado.
Los productos de desecho llegan a los riñones transportados por la sangre, donde ocurre la filtración que consiste en el paso de sustancias de desecho, agua y algunas sustancias útiles. Se filtra unos 150 litros por día, pero gran parte del agua y las sustancias útiles, los riñones reabsorben. El líquido restante es la orina (aproximadamente 1,5 litros por día) que se dirige hacia la vejiga para eliminarse. La vejiga es una bolsa de paredes musculosas y elásticas, donde se almacena la orina. Al llenarse informa al cerebro por vía nerviosa y se siente la necesidad de orinar. El control de la necesidad de orinar no controlan los niños pequeños, se aprende a hacerlo con la edad.