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Antiético e injusto
La ética, a diferencia de la moral, que es impuesta por la sociedad, es personal y no varía con el tiempo. Por ello, dos milenios después, la condena a muerte de Jesús, aunque fue legal en el contexto histórico en el que se produjo, de ningún modo se puede considerar ética ni justa.
La ética social y política
Las personas se «rasgan las vestiduras» cuando señalan que la ética personal, social y política estuvieron ausentes en el proceso contra Jesús de Nazaret, pero no suelen denunciar la misma falta de ética que en tantos aspectos sigue dominando en este tiempo.
La cruz
Sin embargo, se necesita dar ese salto y denunciar la falta de una ética social y pública. Porque la cruz de Jesús es símbolo de muchas otras cruces que, muy a menudo y sin piedad, los seres humanos imponen a otros, y nos olvidamos de las propias.
Dimensión ética
Sin una pequeña noción de ética, todo se corrompe. Un Estado no puede «crucificar» a los más indefensos desprotegiéndolos. Ello da muestras de su desidia e irresponsabilidad frente a la dimensión social de los valores éticos.
Reflexión
La Semana Santa debe ser un momento propicio para reflexionar sobre nuestros «pecados sociales». Es necesario tener la visión de un país diferente. Todos desean un país sin violencia, pero se quedan relativamente indiferentes ante los factores principales que la producen. La desigualdad social engendra más violencia que la droga. La educación disminuye la criminalidad más que las leyes duras. El trabajo abundante con salario digno es más eficaz contra el crimen que cualquier policía del mundo.
Solidaridad
La cruz de Jesús es solidaridad con todos los que sufren por nuestra indiferencia, son víctimas de injusticias o viven marginados y olvidados. El llamado a la ética en Semana Santa nos invita a luchar por el prójimo y a ser más solidarios con los necesitados.
Construcción
Contemplar en la cruz de Jesús lo que produce una sociedad dominada por la falta de solidaridad en sus estructuras y en muchos de sus comportamientos, nos ayudará a ser más autocríticos y más abiertos a un futuro con mayor justicia.