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El órgano principal que nos ayuda a reconocer el sabor es la lengua. Está cubierta de papilas gustativas que contienen los receptores sensoriales para el sabor: los botones gustativos.
Aunque podemos distinguir muchos sabores, realmente son combinación de cuatro sabores básicos: el dulce, el salado, el ácido y el amargo.
Aunque estos sabores se detectan en todas las zonas de la lengua, existen zonas específicas en las que las papilas gustativas captan mejor un determinado tipo de sabor (o estímulo), por lo que la lengua está dividida en regiones, según el sabor que se detecte principalmente.
La punta de la lengua se especializa en el sabor dulce. A ambos costados de la lengua se perciben mejor los sabores salados y ácidos. En la parte posterior o en el fondo de la lengua se concentra la percepción del sabor amargo.
¿Qué son las papilas gustativas?
Son estructuras presentes en la lengua, alrededor de 10 000, especializadas en percibir el sabor de los alimentos, mediante los botones gustativos que contienen dentro. Las papilas gustativas están conectadas al cerebro por fibras nerviosas. Así detectan el sabor del alimento y envían la información al cerebro a través de los nervios gustativos para interpretar el sabor.
Los sabores de los alimentos
Un ejemplo clásico de sabor dulce es el azúcar. Los sabores ácidos provienen de alimentos como las frutas cítricas y el vinagre. La sal y los alimentos ricos en sodio dan lugar a sabores salados. Por otra parte, la lengua detecta sabores amargos en alimentos y bebidas, como café, algunos medicamentos, otros.
Fuente: MEC. 2014. Programa de estudios. 5.° grado. Asunción. Paraguay.