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La anécdota de las amigas
Como a mi amiga y a mí nos encanta todo tipo de baile, no nos perdíamos un solo programa de televisión o presentación. Es así que cuando recibimos una invitación para presentarnos a un concurso de baile nos pusimos supercontentas y empezamos a prepararnos para dicho evento. Recuerdo que era un viernes a la tardecita, como no podíamos ir solas, tuvimos que pedirle a mi mamá que viniera más temprano del trabajo para llevarnos.
Quedamos con mi amiga que pasaríamos a buscarla a las cinco de la tarde. Mi mamá estaba muy cansada, ni tuvo tiempo de bañarse porque yo la apuraba, ya que no quería llegar tarde a tan importante evento.
Ambas amigas fuimos al concurso acompañadas de mi mamá. Al llegar al lugar, nos acercamos al guardia, ya que el evento se realizaría en un importante hotel, y le dijimos que veníamos como invitadas para asistir al concurso de baile. (Incluso había memorizado el número de piso en el que se llevaría a cabo dicho evento). El guardia nos derivó con otra persona encargada del lugar a quien le dijimos lo mismo. El encargado nos miró sorprendido afirmando que no había ningún evento para ese día. Nosotras, seguras de que él estaba equivocado, sacamos las tarjetas de invitación y verificamos que el lugar era correcto, pero al fijarnos bien en la fecha nos dimos cuenta que era efectivamente un viernes, pero el de la siguiente semana. ¡Nos presentamos al lugar una semana antes! Apenadas, no nos quedó otra que decirle al encargado que habíamos llegado demasiado temprano al evento.