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En los viejos tiempos de la fabulosa China vivió un emperador que tenía dos hijas, llamadas Rayo Blanco y Rayo Amarilllo, tan bellas como orgullosas. En cambio, el hijo, Flor de Loto, era la humildad personificada, aunque estaba triste y le agradaba la soledad.
Cierto día, paseando por los jardines, un bello pájaro le habló y le dijo que se llamaba Lira, quien en realidad era una princesa encantada. Le comentó que antes se llamaba Dulcivina, pero era tan orgullosa que el Hada Sol la convirtió en pájaro.
Flor de Loto le preguntó al Hada Sol cómo podía ayudar a Dulcivina, esta le contestó que debería encontrar el imán que atrae al carbón.
Flor de Loto tomó su espada y caballo, y partió en busca del maravilloso imán. Tras mucho caminar, llegó junto a un anciano quien le dio las instrucciones necesarias para salir triunfante de todas las pruebas para obtener el imán.
Al llegar a la entrada de la morada de los gnomos pronunció las palabras que el anciano le había dicho y entró en el país de los gnomos. Luego llegó a una selva impenetrable donde se le apareció el León de las Melenas Azules. Con las palabras mágicas dichas por Flor de Loto, el león se convirtió en un gallardo joven, quien dijo llamarse Leonildo. Él y Flor de Loto se abrazaron y prometieron ayudarse.
Viajaron hasta alcanzar la ciudad de las Siete Viudas del Genio Morlon. Entraron al palacio y vieron a las mujeres, cuyas cabelleras resplandecían como el fuego y sus rostros eran de belleza sin igual.
Acordaron que les dejaría pasar con la condición de que Leonildo se quede en el palacio para ocupar el trono del difunto Genio Morlon.
Leonildo accedió y Flor de Loto partió, encontrando finalmente el preciado imán, con el que regresó a su país y desencantó a la bella Dulcivina. La feliz pareja se casó y el emperador organizó festejos que duraron cuarenta días.
Sobre el libro
Libro: Mis cuentos de hadas
Título: Flor de Loto
Editorial: Cuenticolor