Cargando...
Sobre la base de los estilos musicales de los pueblos originarios y el aporte de aquellos traídos por las etnias europeas (principalmente españolas) y africanas, a partir de la Conquista de América se fue conformando lo que se conoce como la música rioplatense, destacándose géneros como la vidala, el gato, la zamba, el chamamé, la chacarera, el carnavalito o el pericón.
Argentina
La zamba: es una danza y canción en ritmo de 6/8. Es bailada por parejas separadas. Consta de dos partes y se intercala un estribillo. Es una danza y música de las más populares de la cuenca del Río de la Plata.
La chacarera: es un ritmo de 6/8. Su nombre proviene del quechua «chagra» que significa maizal. Se acostumbra a bailar al final de la fiesta de la cosecha.
El tango: es una danza y canción. Tiene un ritmo de 2/4. Está mezclado con elementos de origen negro que es el candombé; dio origen al tango argentino y a la milonga que es uruguaya.
Uruguay
El pericón: fue revivido por Uruguay. Es una danza de ritmo de ¾. Derivada probablemente de la mazurka polaca, se introdujo en la Argentina y tomó un acento peculiar dando origen a esta danza.
El candombé: su origen es de la danza de la raza negra del Río de la Plata, especialmente arraigada en Montevideo; tuvo su gran época en el siglo pasado y todavía subsisten restos en los carnavales.
La milonga: es un género musical folclórico rioplatense. Proviene de la cultura gauchesca. En compás binario, pero a menudo con un acompañamiento de guitarra en 6/8. Se presenta en dos modalidades, la milonga campera, pampeana o surera (perteneciente a la llamada música surera o sureña), la cual es la forma original de la milonga y la milonga ciudadana, forma tardía, creada en 1931 por Sebastián Piana con Milonga sentimental.
Actividad
Cantemos zamba para olvidar
(Daniel Toro / Julio Fontana)
No sé para qué volviste
si ya empezaba a olvidar.
No sé si ya lo sabrás,
lloré cuando vos te fuiste.
No sé para qué volviste.
¡Qué mal me hace recordar!
La tarde se ha puesto triste
y yo, prefiero callar.
¿Para qué vamos a hablar
de cosas que ya no existen?
No sé para qué volviste,
¿no ves que es mejor no hablar?
Qué pena me da
saber que, al final,
de este amor ya no queda nada.
Solo una pobre canción
da vueltas por mi guitarra
Y hace rato que te extraña
mi samba para olvidar.
Mi samba vivió conmigo
parte de mi soledad.
No sé si ya lo sabrás,
mi vida se fue contigo.
Contigo, mi amor, contigo.
¡Qué mal me hace recordar!
Mis manos ya son de barro,
tanto apretar al dolor.
Y ahora que me falta el sol,
no sé que venís buscando.
Llorando, mi amor, llorando.
también olvidame vos.
Fuentes: WEILER, J. y ARRIOLA, G. (1974). Música Americana (Sexta ed.). Asunción, Paraguay : La Prensa.