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Existe riesgo de contaminación de las aguas por efecto de la inundación, así como cuando baja el agua. Se contaminan los pozos de agua de donde bebe la gente, ya sea por anegación o filtración, más aún cuando existen cerca sanitarios. De este modo, se generan focos de enfermedades.
Son enfermedades infecciosas transmitidas por el agua: el cólera, fiebre tifoidea, hepatitis A, poliomielitis, gastroenteritis, disentería, entre otras. Todas se pueden prevenir con un tratamiento adecuado del agua, antes de consumirla.
También por el agua contaminada se adquieren las parasitosis causadas por gusanos, denominados colectivamente helmintos que infectan al hombre. Aunque estas no son mortales, impiden a las personas llevar una vida normal y merman su capacidad para trabajar.
Además, están relacionadas con el agua las enfermedades transmitidas por vectores, como los mosquitos, que se crían y viven cerca de fuentes de aguas y transmiten enfermedades, como malaria, fiebre amarilla, dengue, filariasis, chikunguña, zika, entre otras.
La incidencia de estas enfermedades parece estar aumentando. Hay muchas razones para ello: la resistencia a los medicamentos de los agentes vectores y causantes, los cambios medioambientales están creando nuevos lugares de cría y proliferación.
Para conocer más...
Estas enfermedades pueden controlarse fácilmente con una mejor higiene y disposición de agua potable.