18 de julio: Día Internacional de Nelson Mandela

«Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que vence ese temor». Nelson Mandela

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Varios textos, un mismo nombre que canta a la paz, la democracia y la libertad

Nos acercaremos al personaje histórico que recordamos hoy, Nelson Mandela, a través de tres textos que nos ofrecerán desde distintas perspectivas la esencia de este hombre, ejemplo de lucha y tenacidad.

Texto 1. Conocemos un poco más a Nelson Mandela

Su lucha contra el apartheid

Tras la victoria del Partido Nacional, en 1948, el sistema del apartheid fue ganando peso poco a poco. El objetivo de este nuevo régimen era que los blancos –apenas un 21 % de la población total— conservaran su posición de privilegio. El apartheid era básicamente la separación total entre blancos y negros, negando incluso la existencia de esta última raza. Se prohibió a los negros votar, compartir habitaciones y espacios e, incluso, se vetó el matrimonio entre blancos y negros. Nelson Mandela trató desde el principio de la instauración del apartheid de defender a la raza negra; primero, como abogado dando asistencia legal a los muchos negros que no podían permitírsela; y, luego, como comandante en jefe de la organización guerrillera Umkhonto we Sizwe. En 1962, la Policía sudafricana detuvo a Nelson Mandela y le condenó a cadena perpetua.

En 1964 fue encarcelado en la isla Robben, donde pasó los primeros 17 años de los 27 que estuvo en la cárcel. Su número de presidiario fue el 466/64. Mandela tenía 44 años. Según pasaba el tiempo, la figura de Nelson Mandela se mitificaba, convirtiéndose en uno de los negros más influyentes de todos los tiempos. Fue finalmente liberado por el presidente Frederik Willem de Klerk en febrero de 1990.

Tras su salida de prisión, Nelson Mandela se convirtió en el brazo derecho del presidente Klerk en el proceso de democratización del país. El 10 de mayo de 1994 fue elegido presidente de Sudáfrica, cargo que ocupó hasta el 14 de junio de 1999. En el 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la celebración cada 18 de julio como el Día Internacional de Nelson Mandela.

Nelson Mandela murió el 5 de diciembre de 2013, a la edad de 95 años.

Recuperado: 15/06/2018 de https://es.wikipedia.org/wiki/Apartheid

Texto 2. Un poema lo ayuda a sobrellevar el penoso encarcelamiento

En la prisión, Nelson Mandela conservó un poema de William Ernest Henley escrito en un papel. Este poema, titulado Invictus es también el nombre de la película dirigida por Clint Eastwood, que recrea las acciones del Madiba (título con el que llamaban a Mandela) en la Copa del Mundo de Rugby de 1995 como estrategia para lograr unir al país como presidente. En la película, Mandela entrega el poema al capitán del equipo de rugby, Francois Pienaar. 

Así decía este poema:

INVICTUS 

En la noche que me envuelve,

negra, como un pozo insondable,

doy gracias al Dios que fuere

por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias

no he gemido ni llorado.

Bajo los golpes del destino

mi cabeza ensangrentada jamás se ha postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos

acecha la oscuridad con su horror.

Y, sin embargo, la amenaza de los años me halla,

y me hallará sin temor.

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino

ni cuántos castigos lleve a mi espalda:

soy el amo de mi destino,

soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley

Texto 3 . El discurso entregado en la vida real

En la vida real, Mandela entregó al capitán un extracto del discurso The Man in The Arena, de Theodore Roosevelt, cuya traducción dice así: 

No es el crítico quien cuenta ni aquel que señala cómo el hombre fuerte se tambalea, o donde el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor.

El reconocimiento pertenece al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo, el sudor y la sangre; quien se esfuerza valientemente, quien yerra, quien da un traspié tras otro, pues no hay esfuerzo sin error ni fallo; pero quien realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, las grandes devociones; quien se consagra a una causa digna, quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; quien, en el peor de los casos, si fracasa, al menos, fracasa atreviéndose en grande, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni la victoria ni la derrota.

Recuperado: 15/06/2018 http://constitucionweb.blogspot.com/2010/11/el-hombre-en-la-arena-theodore.html

 

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