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Valenzuela dejó de ser la cuna de producción de piña, indican los propios lugareños, y señalan que tal actividad bajó considerablemente hace años porque los productores optaron por otras salidas laborales para mantener a sus familias o migraron a capitales del extranjero.
La ausencia de universidades es uno de los puntos vulnerables con el que lidia gran parte de la población joven, que se ve obligada a dejar el hogar para cursar una carrera. El servicio del transporte público es deficiente, ya que la flota es limitada, así como los horarios de entrada y salida hasta Asunción. Además, los pasajeros deben aguantar el sobrecosto del pasaje por parte de los transportistas.
La carencia de equipamientos médicos en el centro asistencial y la falta de cajeros automáticos son otras falencias que afectan a numerosos empleados públicos y privados. Pese a ello, la comunidad de más de 6000 habitantes puja por promocionar su industria turística.
En marzo pasado se inauguraron seis posadas turísticas: San Blas, San José, Santa Lucía, Angélica, De Los Ángeles y Divino Niño Jesús. Esta última dispone de una habitación con tres camas, aire acondicionado, televisión, baño privado y un quincho.
Una propietaria, María Elena Galeano, cita que el precio del alojamiento es de G. 100.000 el día por persona e incluye el desayuno. Menciona que para Semana Santa reforzaron la cantidad de camas para abastecer la demanda.
Abundio Brítez, dueño del balneario San Agustín, cuenta que su negocio solo es rentable cada fin de año, entre Navidad y Año Nuevo, lapso durante el cual registra 3000 visitantes. Estos hacen uso de las cabañas acondicionadas, de una y tres habitaciones, con precios diarios de G. 200.000 y G. 350.000, (sea en familia o pareja), respectivamente, con cocina, sala y comedor.
La Cascada y Domiciana son otros dos referentes del turismo de Valenzuela, cuyo acceso en verano cuesta G. 5000 y G. 10.000. En actual proceso de restauración, el templo de estilo barroco San José contiene un elevado valor histórico, y sigue atrayendo a turistas del exterior. Fue proyectado por el fundador de la ciudad, Antonio Fernández de Valenzuela.
Durante el Festival de la Piña, celebrado cada enero, se ofertan derivados del fruto con productores de varias zonas del país. Además, se realizan presentaciones artísticas.
Atractivo. El Centro Ecológico de Recreación San Agustín ofrece una atípica propuesta de distracción. Se trata de un sitio del país declarado apto para la explotación turística y habilitado por la Secretaría del Ambiente (Seam). Cuenta con cabañas con alojamiento, cancha de fútbol y pasa por la propiedad el arroyo Yakä, convirtiéndose en una buena alternativa para un fin de semana familiar o entre amigos.
Parada. La Casa de la Cultura y Museo histórico Prof. José Anuncio Salinas es una de las edificaciones más antiguas de la ciudad cordillerana, registrada como la n.° 45 de la época de don Carlos Antonio López. Allí se puede apreciar piezas nacionales históricas.
6 posadas turísticas funcionan en este distrito y todas fueron inauguradas en marzo pasado por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur)
2000 personas es el promedio de turistas que van a Valenzuela en tiempos de festividades de fin de año y a refrescarse en sus distintos balnearios