Sericultura productiva

El proceso de elaboración de prendas de vestir a base de telas de seda presenta algo muy peculiar: los hilos son fabricados a partir de capullos hechos por gusanos de laboratorio, cuya cría vive un verdadero auge en varias zonas del Paraguay, a fin de cumplir con la demanda.

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Dentro del ámbito del agro y los negocios, la sericultura es conocida como el proceso de cría de gusanos de tipo Bombyx mori, los cuales atraviesan distintas etapas para conformar el hilo de seda utilizado por el sector textil. Mundialmente, esta actividad es muy rentable para quienes la sostienen, y cuyo mercado está más que asegurado.

Es lo que explica el técnico especialista en el ramo, Ismael von Streber, quien goza de experiencia en cuanto concierne al acompañamiento y asesoramiento en la materia. Los trabajos con gusanos de seda con reproductores comenzaron hace ya varios años en el Paraguay, mediante la participación del sector privado y de instituciones de agricultura.

Una parte de los huevos de estos metazoos domesticados se trae de Asia y Brasil, pero desde hace un buen tiempo algunas empresas, como Sedas y Fibras, ya cuentan con larvas de procesamiento local. Los gusanos emanan de laboratorios y, tras su salida, se desarrollan a través de varios ciclos de incubación. Una vez culminada esta fase, son entregados a trabajadores del campo para su alimentación, engorde y afloramiento de capullo.

El experto explica que los gusanos son alimentados en galpones con infraestructura especial, en los cuales son instalados durante 17 y 18 días. Posteriormente, el encapullamiento y la cosecha final se demoran otros ocho o 10 días. Von Streber menciona que a efectos de obtener el capullo se crean el ambiente y clima, apropiados, y mientras permanecen allí estos invertebrados se alimentan de moras, lo que permite medir el volumen de encapullamiento. En los galpones es posible criar alrededor de 40.000 gusanos. “Son bosques artificiales con pequeñas perforaciones, en los cuales los gusanos alistan su capullo”, expresa. Acerca del rendimiento promedio, señala que estas 40.000 cabezas generan 65 kg de hilo de seda, cantidad que se ve condicionada por la dieta proporcionada a los animalillos.

El especialista habla de que en la actualidad son unos 10 los trabajadores de la tierra que se dedican a la cosecha de moras, mientras otros ya analizan incursionar en lo mismo. “Existen más de 100 interesados en la plantación de moras, a los que se les está dando el acompañamiento preciso. De aquí a cinco meses serán más”, puntualiza.

Por otro lado, Von Streber sostiene que la comercialización representa una rentabilidad atrayente, y asevera que 1 kg de capullos se vende a G. 14.000 en el mercado interno. Acota que la cosecha, por parte de productores independientes, sobrepasa los 1.500 kg mensuales.

Cadena. El técnico indica que la mora constituye el principal medio para alcanzar los objetivos comerciales y económicos en términos productivos e industriales, ya que nutre al gusano por plazo determinado. Del periodo de madurez de la planta –de entre cinco a seis meses– dependerá la respuesta que se brinde a la demanda local y extranjera. Por ello, el cumplimiento del proceso es crucial en la obtención del brote.

Seda y Fibras tiene vasta experiencia en el rubro y moviliza mucha mano de obra directa e indirecta. La firma, que opera como hilandería en Hernandarias, Alto Paraná, se destaca por los volúmenes de producción y exportación que registró en los últimos años y opta por seguir estos pasos para ofrecer seda de excelencia.

Localidades como Alto Paraná, Caazapá, Itapúa y parte de la zona norte configuran el área de concentración de la mayoría de los productores de capullos.

Actualmente, la exportación de seda a base de cría de gusanos se concreta con países europeos y algunas manufacturas de la región, que buscan posicionar la calidad de la seda paraguaya trabajada por agricultores.

La prenda

La seda es un tejido requerido, con alto valor en el mercado mundial, y de elemental uso en la fabricación de guantes, cortinas, pijamas, blusas, camisas, corbatas, trajes, abrigos y otras prendas. La calidad del hilo lo posiciona entre los predilectos de los consumidores de indumentaria. La textura de esta tela obtenida a base de gusanos de seda sigue siendo irremplazable. A lo largo de los años, hubo otros intentos de producirla, con resultados que no calificaron en la categoría.

Emilse Rolón Morales / emilse.rolon@abc.com.py

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