Cargando...
“No hay empresa exitosa en una sociedad fracasada, así como ninguna sociedad será exitosa con empresas fracasadas”, es una frase muy conocida en el mundo de las compañías que trabajan con una gestión de responsabilidad social empresarial (RSE), y refleja la importancia de considerar puntos que van más allá de la simple facturación y, a la larga, resultan rentables y sostenibles.
En una mesa de análisis, referentes de firmas y miembros de la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC) destacaron la rentabilidad que genera una gestión socialmente responsable, aunque aclararon que el eje es mucho más amplio.
Están adheridas a la Red del Pacto Global en Paraguay 46 organizaciones, la mayoría empresas privadas, cuyo objetivo es promover los principios del Pacto Global para impulsar la RSE apuntando a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, iniciativa de las Naciones Unidas. Con 17 firmas impulsoras, este emprendimiento llegó al Paraguay en el 2006 y es un esfuerzo en sumarse a unos principios con cuatro ejes: derechos humanos, derechos laborales, medio ambiente y anticorrupción. De todas, 15 reportan su gestión, permitiendo visibilizarlas, pues asumen el compromiso públicamente.
Principalmente son pymes, pero las que causan mayor impacto en la cadena son las grandes compañías, ya que estimulan a sus proveedores y cadena de valor a incorporar estas prácticas, cuenta Gisella Lefebvre, consultora de RSE de Nutrihuevos – Las Tacuaras S.A.
La Red es un parámetro de la cantidad de empresas que practican los principios de RSE; pero también hay otras que poco a poco van aplicando algunos aspectos, porque reconocieron que es el camino para perdurar y ser sostenibles.
Luis Fretes, presidente de ADEC y director de Protek, afirma que la RSE es rentable a la larga porque se gana la lealtad en la preferencia de clientes y la fidelidad de funcionarios. “La diferencia con la filantropía es la rentabilidad”, añade y ejemplifica: cuando un cliente busca un producto en el supermercado, a igualdad de calidad y precio, preferirá el producto de aquella compañía socialmente responsable.
Lefebvre subraya que la rentabilidad no es un resultado a corto plazo, ya que implica ordenar la empresa, mirar de forma diferente los procesos que se desarrollaban y comenzar a tener otro enfoque. “Se visibilizan los resultados internos y externos, mejora la productividad, baja el nivel de rotación, hay mayor sentido de pertenencia, cuidado de los bienes y nivel de involucramiento; además, más proactividad. A nivel externo, optimiza la reputación empresarial, hay mayor aceptación de marca, buen vínculo con el grupo de interés y aumenta la confianza”, cita entre las ventajas de la RSE.
Es un proceso de mejora gradual y continua, cuyos resultados se ven a mediano plazo. A menor tiempo se pueden planificar resultados como la mejora del clima organizacional, de los procesos y el compromiso con la organización. En este sentido, Fretes enfatiza en que el funcionario de una empresa con RSE muestra una actitud diferente. “Es distinto medir el clima laboral en aquella firma con RSE porque en uno de sus ejes está el cliente interno (empleado). Y hoy es más difícil conseguir un talento que trabaje para la empresa que clientes. El talento no se queda solo por beneficio económico, sino porque está en una empresa que tiene una mirada más allá que solamente el dinero y tiene una pertenencia mayor”, explica.
Eduardo Gustale, coordinador de ADEC en RSE, menciona otros beneficios para las firmas que poseen, como eje de su estructura de gestión, estas prácticas: “Los permisos y la facilidad de operación a través de una gestión responsable; hay menos rotación de empleados y es mejor la calidad de las personas que quieren trabajar en la empresa”.
Estela Chena, gerenta de RSE de Manufacturas de Pilar S.A., al respecto aporta que internamente ayuda a mantenerse competitivo: “Los ejes de medio ambiente nos exigen que controlemos el uso de vapor, de energía, que reciclemos; un conjunto de cosas que parecen pocas, pero cuando cuantificamos nos sorprenden”.
El esquema de negocios inclusivos de Pilar S.A. le dio rentabilidad y pudo entrar en un mercado en el que hoy es fuerte. Además, los clientes del exterior exigen cada vez más contar con RSE.
La rentabilidad va evidenciándose, pero no es solo por eso que las firmas apuestan a este esquema de gestión, sino por convicción, sostienen los miembros de la mesa de análisis, conformada también por Sonia Díaz, gerenta de Comunicaciones y RSE de Petrobras; Darío Colmán, gerente de RSE y Calidad de Visión Banco y presidente de la Red del Pacto Global en Paraguay; y Carlos Villamayor, coordinador del programa de inclusión financiera y de equidad de género Nde valé.
Desde cuándo
En ADEC se empezó a hablar de RSE hace diez años, luego de que sus directivos vieran que se alineaba a su misión como herramienta de gestión transformadora. Ya sin la E de empresarial, la responsabilidad social (RS) posee otro marco referencial: la ISO 26000, que extiende esta clase de gestión a cualquier tipo de organización vinculada a grupos de interés.
En el Paraguay estamos en la transición entre la filantropía y el marketing social. Estela Chena y Sonia Díaz coinciden en que el concepto de RSE es nuevo y la sociedad está estructurada para la filantropía. “La sociedad pide plata, no un proyecto o programa. Respondemos finalmente a las necesidades”, asevera Chena. Díaz agrega: “Todo el tema de RSE es gradual, lo venimos aprendiendo y desarrollando. La sociedad tampoco tiene claros los conceptos y hay necesidad de ir cumpliendo con el público de interés. Entonces, combinamos una situación de apoyo haciendo gestión propia con voluntariado y programas que apuntan al desarrollo”.
Además de entender el concepto, identificar a los públicos, aplicar programas de apoyo y construir una sociedad más justa, las empresas también hacen su rendición de cuenta con base en indicadores, mostrando niveles de avance.
La gerenta de Petrobras introduce un ítem importante a la charla, especificando que la RSE no es una cuestión de un área o ciertas acciones, sino que es trasversal a la compañía. “Las empresas buscan lucro, pero toda la gestión o acciones deben ser hechas con responsabilidad. Cuidar que cada proceso de la actividad tenga RS, desde la misión, visión y objetivos estratégicos”, indica.
Darío Colmán acentúa que aplicar RSE lleva un proceso, y se llega a la madurez cuando se empieza a hacer RS en la teoría de negocios y permea toda la estructura empresarial.
Carlos Villamayor señala que Interfisa integró la RSE a sus ejes estratégicos hace cinco años: “Incorporamos el trabajo con medio ambiente hace tres años, con el programa Interfisa Verde, para ver cómo impactar en este eje. En otro eje estamos en todo lo que es transparencia, y a nivel de buenas prácticas laborales terminamos una encuesta para saber cómo piensan los funcionarios de la organización”.
Así como Colmán, remarca que el rol de la entidad dentro del contexto financiero, de hacer microfinanzas, involucra mucha dedicación para generar productos que llevan a la inclusión financiera de personas que, en condiciones normales, no tendrían acceso.
El presidente de la ADEC concluye que la única vía para que el país salga de este estado de necesidades es a través de dos acciones: las políticas públicas y las acciones de las empresas. “Si en este momento hay 100 empresas aplicando RS, aunque sea parcialmente, sería otro el panorama si tuviéramos 400 a 1000 empresas con la conciencia de aplicar RSE a su gestión. La filantropía no transforma, la RSE sí porque hace que la empresa piense en su entorno”.
Siete ejes de la RSE:
1- Valores, transparencia y gobierno corporativo
2- Público interno
3- Medio ambiente
4- Proveedores
5- Consumidores y clientes
6- Comunidad
7- Gobierno y sociedad