Lechuga redituable

Con técnicas innovadoras para brindar un alimento saludable, la producción de lechuga dota de significativas ganancias al sector que la cultiva y comercializa.

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Un negocio agrícola de gran rentabilidad en el Paraguay es la producción de lechuga, una hortaliza cultivable durante todo el año que garantiza ingresos constantes.

Sin embargo, uno de los principales inconvenientes es la competencia con mercados extranjeros, particularmente argentino y brasileño, que la desarrollan en porcentajes superiores, vendiendo cada mazo, generalmente, a G. 700 o G. 800.

Hidroponía. Los productores Natalio y Denis Rojas, dedicados a este segmento hace una década, explican aspectos de la siembra, cosecha y comercialización.

En cuanto al cultivo, en su caso, practican un método distinto e interesante. Se trata de la producción hidropónica, que no es otra cosa que la plantación de lechuga en agua.

“Inicialmente, se efectúa la siembra en una bandeja de germinación, sea esta de materiales como telgopor o plástico. Dependiendo de las condiciones climáticas, esta fase dura entre 48 y 72 h antes de proceder al primer trasplante, llamado precría o crecimiento. Este procedimiento se lleva a cabo en caños menores de plástico, en los que la planta permanece de 12 a 15 días. Posteriormente, ejecutamos el segundo trasplante en caños más grandes, hasta el momento del cultivo. Utilizamos semillas provenientes del Brasil, con un costo de G. 500.000/kg, que contiene alrededor de 25.000 granos. Adquirimos el abono a un precio de G. 1.500.000 por bolsa, normalmente. Calculamos un costo de producción de entre G. 500 y G. 600 por unidad cosechada, y vendemos cada planta por G. 2000”, acota Natalio.

Cosechan la variedad Crespa. “Esta es la más común y exhibe un color verde limón. Dentro de esta gama se destacan las subvariedades Amanda, Vera y Brida, cuyas diferencias entre sí son mínimas, constatadas apenas en el grosor de las hojas”, comentan.

Ventajas y desventajas del método. La mayor virtud observada es la gran productividad en un mismo espacio de tierra, ahorrando tiempo. También, se registra una demanda inferior de mano de obra para labrar el cultivo. El producto goza de más calidad, ya que hay poco ataque de plagas existentes; además es bajo y se verifica un uso más adecuado del agua.

El elevado costo de la instalación del sistema, el cual orilla los G. 5.000.000, se consideraría la sola dificultad.

Lechuga orgánica. Los alimentos orgánicos destinados a la venta deben contar con una certificación de calidad otorgada, exclusivamente, por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), que cuesta G. 1.233.216.

En la cosecha de lechuga orgánica, como en la de cualquier otro alimento con estas características, lo esencial es que durante el proceso productivo no se presenten interferencias en ninguna de sus etapas, como las que derivarían de la intervención de químicos o agrotóxicos que aceleren el crecimiento, en detrimento de la salud del consumidor.

La mayoría de las semillas para la siembra a gran escala se importan del Brasil y son orgánicas. El abono, cuya fabricación casera es viable, habitualmente procede de heces de ganado, gallina, y restos de frutas y verduras en descomposición; pero el costo de venta aumenta, debido a que la evolución es más lenta y delicada.

Este vegetal ofrecido por la Asociación de Productores Orgánicos (Apro), único estamento con certificación, depende del canal de comercialización.

“En la casa central, el precio es de G. 1500 y, con delivery, G. 2000. A los supermercados les vendemos a G. 2500”, indica el Lic. Pablino Ferreira, gerente de ventas de Apro.

Los supermercados instituyen otros costos, llegando, incluso, a asignar unos G. 4000 al mazo.

Siguiendo criterios tradicionales o implementando estrategias innovadoras que agilicen la producción, corresponde recalcar que, dada la facilidad de cosecha, el mercado de un nutriente tan noble debe respetar los estándares de calidad preestablecidos.

Propiedades

Científicamente denominada Lactuca sativa, es una herbácea originaria de Asia. Por su gran cantidad de vitaminas, minerales y derivados, esta frutihortícola aporta múltiples beneficios a la salud. 100 g aportan unas 15 cal, por lo que es recomendada en regímenes de adelgazamiento. Es antioxidante, mejora la piel y la visión. Al hervir las hojas por 15 min, colando la infusión y dejándola enfriarse, sirve como colirio.

El jugo se prepara así mismo. Mejora el tracto digestivo, además es útil para los riñones, dolores menstruales y combate el insomnio. Rica en vitamina K, según estudios, coopera en la prevención del alzhéimer.

Se aconseja consumirla fresca, aprovechando las hojas más verdes, ya que estas aglutinan casi todas sus virtudes.

carlos.canete@abc.com.py

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