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Cuando menciona sus primeros pasos como emprendedor, Miguel A. Riveros (52) recuerda que mientras atendía su negocio, seguía ejerciendo su profesión (administrador). Esa iniciativa –una pequeña librería– no funcionó, por lo que tomó la decisión de venderla. Con ese dinero, en 1987, habilitó una tienda de electrodomésticos a la que denominó Electrodomésticos El Toke, que, incluso, en la actualidad, permanece en la misma ubicación, sobre la avda. Eusebio Ayala.
Sin embargo, seguir desempeñándose laboralmente en su profesión obstaculizaba su progreso en el negocio, porque debía multiplicarse. Fue así que, en 1989, se dispuso a abandonar todas sus actividades profesionales para dedicarse exclusivamente a vender electrodomésticos.
A partir de ello empezó a registrar un significativo crecimiento en las ventas y, lógicamente, las utilidades también se incrementaron. Ahorró cuanto pudo, porque asevera que en ello radica la clave para todo proyecto. Durante todos esos años trabajó duro hasta que logró acumular el dinero suficiente con miras a adquirir un establecimiento propio. En 1993, localizó un predio en venta, que es donde actualmente tiene asiento el salón comercial de Tupi Electrodomésticos, en avda. Boggiani y Músicos del Chaco.
En referencia a su inspiración para explorar el rubro de los electrodomésticos, reconoce que tuvo la osadía de introducirse en el mismo porque se necesita un fuerte capital del que no disponía.
En aquel tiempo, prácticamente, todos los negocios de esta línea eran muy grandes o gozaban de un elevado capital, como Ugarte Ramírez, Centurión Hermanos, Enrique Matalón, Artaza Hermanos, entre otros. Pero Riveros encontró una persona amiga que lo animó y le dijo: “Tenés que empezar, aunque sea de a poco, ya vas a ver que después vas a crecer”. Siguiendo aquel consejo, inauguró un local donde había un solo producto de cada cosa, por ejemplo: un televisor, una heladera, una cocina o un lavarropas.
En otro momento de la conversación, destaca que recibió la gracia de acceder a una formación académica básica, primaria y universitaria, en la vieja escuela, con una enseñanza de primer nivel, con profesores antiguos, los que eran muy exigentes, tanto en lo personal como en lo académico. Al profesionalizarse, se le presentó la oportunidad de trabajar en grandes empresas, en las que aprendió lo que es la administración y cómo se maneja la misma. Relata que se le aclaró la película sobre todas las estrategias de crecimiento.
Visión a futuro
Aparte de El Toke y Tupi, Miguel A., Riveros fundó una empresa mayorista denominada Globo, cuya operación se originó en 1992. “También como producto de una visión personal con respecto a las exhibidoras. En aquella época, no existían todavía como hoy en día. En ese momento me percaté de que este era un negocio que iba a adquirir mucha trascendencia y un gran impacto en el futuro”, rememora Riveros.
Para Riveros, el aporte de los recursos humanos es fundamental, porque entiende que nada puede hacerse solo. Está convencido de que se debe contar con un equipo de colaboradores, y, a esta altura de su vida, se considera un formador de personas. Los empleados de Tupí Electrodomésticos están entrenados para manejar la empresa solventemente y asegura que son ejecutivos del más alto nivel en nuestro país, listos para competir con los profesionales más destacados. Se mostró muy seguro de eso, argumentando que fueron formados en valores como la honestidad, responsabilidad y disciplina, que sobresalen a la hora de elegir con quién hacer negocios.
Riveros deja un mensaje final subrayando que cuando se tiene una idea o un sueño, todo es posible; y que es solo cuestión de proponerse, perseverar y tener fe. Uno alcanza aquello a lo que aspira con toda seguridad, si no desiste, decae, se desanima y acciona.
Uno de los dichos preferidos de su staff es: “El éxito consiste en un 95 % de transpiración y 5 % de inspiración", finaliza.
broa@abc.com.py