La minería: desconocida para nosotros, fundamental para los argentinos

Sabemos que la Argentina, uno de los principales socios comerciales del Paraguay, está en crisis. Sin embargo, no conocemos mucho acerca de la minería y cómo esta actividad impacta en la economía del vecino país.

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La lista de las actividades productivas a las que en la actualidad se la considera en crisis en el vecino país, Argentina, es extensa. La mayoría de estas llega a los paraguayos a través de los medios de comunicación. No obstante, existe un sector productivo estratégico para los argentinos, prácticamente desconocido en el Paraguay: la minería. Ariel Llorente, Diego Blasco, Roberto Luchi, profesores del IAE Business School, lo explican.

Durante 2013, las exportaciones mineras desde la Argentina cayeron en valor, respecto al año anterior, cerca del 25 %; de todos modos, entre 11 de los 18 principales productores mineros sumaron exportaciones por USD 4018 millones.

¿Qué es la minería?

La actividad minera, desde el punto de vista legal, consiste en la extracción de sustancias minerales del subsuelo; esto incluye a los hidrocarburos, entre ellos el gas. Conviene recordar que el subsuelo, y lo que contiene, es propiedad estatal, provincial o nacional.

Por las diferencias tecnológicas que separan a los métodos que se aplican para extraer los materiales sólidos de los que se usan para obtener los que son fluidos, se hace una distinción entre esas dos modalidades de actividad extractiva.

Ambas maneras de operar comparten las mismas etapas previas a la explotación; ellas constituyen el núcleo esencial de la actividad minera: la prospección, la exploración y el diseño. La prospección tiene como objetivo obtener un conocimiento general de una región; en cambio, mediante la exploración se recaba información detallada respecto al área a la cual se delimitó previamente y que es de menores dimensiones que la abarcada por la etapa anterior.

Ni la amplitud de la extensión estudiada ni la extensión del lapso que se les dedique a las tareas de campo y de laboratorio aseguran que se recuperen las inversiones que ellas insumieron. El éxito de una operación minera, en buena medida, depende de la calidad técnica del diseño de la operación extractiva.

Este aúna el conjunto de previsiones que definen cómo se realizará la extracción, dónde y cómo se ejecutará la concentración, cuáles serán las instalaciones y los insumos que se utilizarán para el procesamiento, los vehículos que harán el transporte, las instalaciones que se dedicaran al personal –alojamiento y alimentación, atención sanitaria, esparcimiento, etcétera– y la totalidad de dependencias logísticas. Por lo general, los yacimientos minerales se encuentran en sitios remotos; esto impone que una mina deba tener un alto grado de autonomía.

¿Dónde se practica?

Muchos piensan que la minería es una actividad restringida a las provincias cordilleranas de Argentina. Existe una gran distancia entre esa percepción y la realidad. Citamos, como ejemplo, a la provincia de Buenos Aires. En su territorio operan más de 300 empresas mineras y se extraen cerca de 11 millones de toneladas de minerales –predominan los minerales no metalíferos y las rocas de aplicación en la construcción–.

Los minerales sólidos o pulvurentos son insumos básicos de un repertorio casi inagotable de productos que otras industrias convierten en insumos intermedios –insumos de otros productos– o productos finales que las sociedades consumen cada vez de manera más intensa. Los encontramos en fertilizantes y abonos; también se los usa para la generación y transporte de energía eléctrica. Están en los materiales para la construcción de edificios y grandes obras de infraestructura, se los emplea para la fabricación de medicamentos, en artículos de higiene y cuidado personal, en joyas y ornamentos o en artículos de cocina, y de menaje y en los alimentos que nos sustentan. Los minerales no solo nos rodean, sino están en nosotros, todos los días de nuestras vidas, y es inimaginable su supresión o reemplazo.

Un problema complejo

En la Argentina, la minería es objeto de acerbas críticas y objeciones de parte de grupos de interés que se oponen a su desarrollo más basado en posiciones ideológicas –a las que no siempre se las hace explícitas– que, a partir de la realidad de los hechos que la producción minera, de manera efectiva, involucra.

El Código de Minería argentino fue aprobado en 1886. Más de un siglo después se promulgó la ley que instituyó un Régimen de Inversiones para la Actividad Minera. En esta norma se delimitaron las actividades alcanzadas, se definió el tratamiento fiscal que se le daría a las inversiones y se estipuló que los emprendimientos mineros alcanzados por el régimen gozarían de estabilidad fiscal por el término de 30 años.

La estabilidad fiscal comprometida no se cumplió. En el año 2007, las secretarías de Minería y de Comercio emitieron notas en aplicación, de las cuales, las empresas mineras debieron comenzar a pagar derechos de exportación en relación al valor de sus envíos al extranjero. Recién en 2012 un fallo de la Corte Suprema analizó las medidas adoptadas en 2007 y dos años después, en otro caso, declaró la inconstitucionalidad de las retenciones a las exportaciones realizadas por una empresa pesquera.

Vemos que la minería será uno de los pilares sobre los que se sostendrá el desarrollo económico y humano tan postergado en la Argentina; lo hará en colaboración con otros soportes a los que también consideramos estratégicos: el complejo productivo agroindustrial, el sector energético, la industria automotriz y el de la creatividad aplicada a la gestación de productos audiovisuales, y al diseño y producción de indumentaria.

Si las autoridades gubernamentales del vecino país, y uno de los principales socios comerciales del Paraguay, se empeñaran en proporcionar un medioambiente institucional propicio este conciso conjunto de actividades productivas aportaría una base económica amplia y diversificada, con aptitud y capacidad manifiesta para sostener en el tiempo este desarrollo.

*Ariel Llorente, Diego Blasco, Roberto Luchi, profesores del IAE Business School.

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