Invertir en las comunidades

La formación integral de la persona permite un mejor futuro y, con esta visión, el banco GNB desarrolla una gestión de padrinazgo, a través de la cual otorga becas de estudio a jóvenes indígenas y campesinas que cursan el bachiller en el Centro Educativo Mbaracayú.

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A 315 km de Asunción, en la localidad de Villa Ygatimí, del departamento de Canindeyú, se encuentra una de las mayores riquezas naturales del país: la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú. Esta cuenta con una oferta turística envidiable que atrae a miles de visitantes durante el año.

Pero el mayor atractivo se halla en el corazón de la reserva, donde funciona el Centro Educativo Mbaracayú (CEM), que es un colegio técnico con énfasis en ciencias ambientales y desde 2009 abre sus puertas a jóvenes mujeres, especialmente a campesinas e indígenas.

Con esta ejemplar referencia, el GNB decidió formar parte de la iniciativa educativa y fue así que, mediante su pilar de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y en conjunto con la Fundación Moisés Bertoni, emprendió un programa a través del cual otorga becas a alumnas de la institución, a fin de acompañar el proceso de aprendizaje y permitir que continúen con su plan de estudios.

Así lo explica Graciela Quevedo, coordinadora de RSE del ente bancario, quien señala que vienen trabajando con la fundación desde mucho antes del cambio de marca (anteriormente era HSBC). Indica que en 2014 proporcionaron fondos para becar a 25 jóvenes (siete del 1.er año, ocho del 2o y 10 del 3o). La selección de las estudiantes del 2o y 3o se hizo según las calificaciones y condiciones económicas que registran; en el caso de las que cursaron el 1.er año, identificaron las posibilidades de pago de la cuota por parte de los padres. “Se abre un mundo de oportunidades para ellas, por el contenido educacional que reciben”, expresa Quevedo.

A su vez, Yan Speranza, director ejecutivo de la Fundación Moisés Bertoni, que tiene a su cargo la administración del CEM, menciona que, en lo que respecta al año lectivo 2015, un total de 113 alumnas tienen la oportunidad de cursar el bachiller, de las cuales 44 corresponden al 1.er año, 39 al 2o y 30 al último.

El profesional menciona que la cuota mensual de la institución es de G. 60.000, pero que se considera siempre la situación económica de las jóvenes provenientes de comunidades de escasos recursos, en cuyo caso, los padres tienen la opción de efectuar los pagos en especies (aportan productos), a fin de que sus hijas no renuncien a la formación académica.

“El monto de la cuota representa solo el 10 % del costo total del internado (colegio); la diferencia se cubre con la rentabilidad generada por las unidades de negocio que operan en la reserva y con el aporte que realiza el sector privado, como es el caso de las becas que brinda GNB”, detalla Speranza.

El ejecutivo resalta que el CEM nació a modo de combatir la falta de educación de calidad de la zona, teniendo en cuenta que en zonas rurales y de alta pobreza la deserción escolar se da mayormente en mujeres.

Malla curricular

Las jóvenes desarrollan el Plan Común diseñado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), del cual se desprenden las materias técnicas como Agroecología, Economía ambiental, Hotelería y turismo, Manejo de recursos naturales, Meteorología, Biología y otras que apuntan al desarrollo sostenible.

4 a 20 años es el rango etario de las estudiantes de Educación Media.

9 jóvenes de comunidades indígenas forman parte de la institución.

113 estudiantes iniciaron las clases este año en el Centro Educativo Mbaracayú.

150 alumnas egresaron hasta hoy del CEM, desde su creación en el 2009.

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