Fernando Cortés: Los impuestos y la desigualdad

El Paraguay es uno de los países más desiguales de América Latina y necesita revertir la situación con programas sociales que atiendan las demandas de los más desposeídos. ¿Cómo? Con impuestos y redistribución de los ingresos, dice el economista y sociólogo chileno Fernando Cortés.

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En el Paraguay, donde pese a que el porcentaje de personas en pobreza extrema, que tienen que vivir con USD 2,5 al día, bajó de 19,7 % en 2007 a 14,4 % en 2011, según un informe realizado por el Banco Mundial, el nivel de desigualdad medido por el coeficiente de Gini se mantiene alto y fluctuante en los últimos cinco años (0,4872, en 2009; 0,4776, en 2013, en el cual cuanto más cercano a uno significa, mayor desigualdad en la distribución del ingreso).

En este contexto, el Instituto de Ciencias Sociales (ICSO) organizó en octubre pasado el foro denominado Desigualdad y clases sociales, que tuvo entre sus exponentes al economista y doctor en Ciencias Sociales, Fernando Cortés. EN conversó con él sobre cuáles son las formas de revertir la desigualdad que actualmente son las más difundidas en el mundo, visto desde la óptica de la sociología y la economía.

El crecimiento económico, ¿produce desigualdad? Lo que se planteaba en la década de los 90 y hasta la primera década del siglo XXI, es que la desigualdad era buena para el crecimiento, y la idea es muy simple: si quienes tienen muchos ingresos, tienen más ingresos, los invertirá y generará trabajos, y por esa vía se logrará el crecimiento económico. Eso planteaba (el economista Simon) Kuznets, y fue la ideología dominante durante mucho tiempo. Solo a partir del 2004/2005 cambió la idea y ahora la que predomina es que la menor desigualdad provoca crecimiento económico. Entonces, si esto es cierto, hay que plantearse si hacemos una redistribución de ingresos en favor de los pobres, si disminuimos la pobreza, también disminuimos la desigualdad, así crecería el producto, y al crecer el producto, volverían a disminuir los pobres y se abriría un círculo virtuoso.

¿Y cómo hacemos eso? Pones impuestos arriba y apoyas con programas sociales a la gente pobre y así disminuyes la desigualdad. A menor desigualdad, existe la posibilidad de un mayor crecimiento económico, porque se desarrolla el mercado interno, y los empresarios empiezan a producir y contratan más gente, entonces entras en un círculo virtuoso y redistribuyes. Eso es lo que dice el conocimiento acumulado hasta hoy.

¿Por qué se da ese cambio de paradigma en este siglo? Se había hecho un uso ideológico de la teoría de Kuznets, porque él decía que lo que había encontrado en los países donde hizo el estudio no era necesariamente aplicable a los países en vías de desarrollo. Porque las burguesías de las regiones de los países donde hizo el estudio, tomaron el ingreso, distraían un poco para su consumo, y el resto lo invertían en actividades productivas y, por consiguiente, había más empleo. Fue efectivo, pero él mismo dice que este mecanismo no necesariamente es cierto en los países subdesarrollados, porque en esos países puede ocurrir que la burguesía concentre el ingreso y aumente los niveles de consumo, o saque el ingreso fuera de su país y, por tanto, no se daría la situación que él planteaba de inversión.

Si los estudios mostraron que hay una relación al revés, a menor desigualdad, mayor crecimiento, y esto implica menor pobreza, ¿por qué no se implementa? Sería bien fácil poner impuesto a los sojeros, ganaderos, a los industriales, tomar esos impuestos y elaborar programas sociales.

Pero las posiciones más conservadoras hablan de que poner más impuestos desanima la inversión, y al desanimar la inversión, hay menos empleo. No puedes hacerlo (elevar los impuestos), porque el poder de bloqueo sobre las políticas económicas y políticas sociales lo tienen los terratenientes, los agricultores que concentran la tierra. Entonces ellos se oponen a que se aumenten los impuestos, crean ideología, hacen todo lo posible contra todo aquello que pueda significar que disminuyan sus ganancias, lo controlan y tienen la fuerza para hacerlo. No sería contraproducente para ellos bajar los salarios, especialmente para los que exportan, porque dicen que si bajan los salarios, hay incentivo a la inversión y el país producirá más. Pero, ¿quiénes son los que ganan y quiénes son los que pierden?

Pierden los empleados… Una política de bajar salarios o de reajustarlos por debajo de la inflación, es bajar la capacidad adquisitiva, y es una política que se practica con facilidad porque los trabajadores no tienen la posibilidad de bloquear las políticas económicas y sociales que los perjudican.

Entonces, ¿es una falacia que más impuestos desanima la reinversión? Si el empresario tiene una mirada de corto plazo puede ocurrir esto. Pero ¿crees que cuando se aumenta 2 o 3 % los impuestos sacará el capital y se irán a invertir a otro lado? Hay que hacer un cálculo económico, ¿cuánto tendrían que pagar esos empresarios a los trabajadores si se fuesen a Australia, cuánto les costaría la hora de trabajo si fueran a Brasil o México? A lo mejor, el costo de la fuerza de trabajo adonde supuestamente irían a producir, puede ser mayor que acá. Desde mi punto de vista, no es tan claro, aunque puede haber un desaliento a corto plazo porque ganarán menos, entonces invierten menos, pero el dinero no lo pueden tener invertido en el banco, porque les dará mucho menos que la rentabilidad de la actividad productiva. En ello hay un diferencial de costos que habría que calcular. Pero a largo plazo, un desarrollo del mercado interno hace crecer el sistema económico, y estar en una sociedad en la cual la gente gane más, los trabajadores y campesinos estén mejor, son sociedades en las que, incluso, la violencia decae y se vive mejor.

¿Cómo se revierte la tendencia a la concentración de capital? Como dice Piketty, vía impuesto a la riqueza y vía impuesto a las herencias, son los dos mecanismos que se tienen. Caso contrario, podemos llegar a sociedades tan desiguales que serán explosivas, con revueltas, revoluciones, protestas, crisis, etcétera. No puedes tener toda la riqueza concentrada en el 5 % de la población mundial y el 95 % puede estar muerto de hambre, por poner cifras y magnificar el tamaño del problema. Estamos llegando a niveles de desigualdad en la distribución de la riqueza similares a los de fines del siglo XIX, que terminó en la Revolución soviética, en la Primera Guerra Mundial, en la crisis de los 30 y en la Segunda Guerra Mundial.

¿Cree que se podrían replicar situaciones similares con estos niveles de desigualdad? Mira los niveles de violencia que hay en todo el mundo.

¿Cómo se identifican y clasifican en la actualidad las clases sociales? El más difundido entre los economistas es clasificar las clases según el ingreso. Sin embargo, las clases sociales son bastante más que eso y se deben tomar en cuenta la forma en la que se obtiene ese ingreso, qué trabajo hace. La clase social es más que ir a comprar con el dinero al mercado; involucra toda la parte cultural, una forma de vida más plena, en la que lo económico es solo una parte. Hay normas y valores compartidos por clases, hay formas de entender el mundo a partir de la posición de clases que uno tiene, y reducirlo a lo económico no tiene mucho sentido.

En un país como el Paraguay, mayoritariamente agrario, ¿cómo se pueden identificar las clases sociales? Fueron muy claros los planteamientos del sociólogo paraguayo Luis Galeano, quien nos mostró cómo las clases se empiezan a diversificar con el avance del capitalismo en la zona agraria, cómo empiezan a desplazarse las fuerzas de trabajo. Es una forma de verlo y de entender que hay una parte de la actividad agraria que está orientada al mercado internacional, en la que aparece una burguesía agraria que busca ganancias, que tecnifica y produce; y si es posible reemplazar a la fuerza de trabajo, la reemplaza siguiendo las normas capitalistas. Es un tipo de fenómeno muy claro, que significa expropiación de tierra de gente que la tuvo para producir alimentos, por ejemplo. Nos mostró la existencia de propietarios campesinos que, con la actividad agrícola, logran producir y reproducirse, los que producen hortalizas, flores, entre otros. Otro grupo de campesinos que no logran producir y que deben usar su fuerza de trabajo para vender servicios o productos, para complementar la actividad agrícola. También están los desposeídos de la tierra, que están viviendo en las partes marginales de las principales ciudades del país.

¿Serían clases agrarias? Claramente hay idea de clases, pero no entendidas a partir de una teorización de modos de producción, sino que nos muestran cómo se producen de acuerdo con la propiedad de la tierra, lo que se está buscando en términos de acumulación o no, los que fueron expropiadas. Vemos un mosaico bastante interesante de diversificación de las clases y estamos en presencia de clases que puede que no correspondan con la forma en que (Carlos) Marx o (Max) Weber las identificaron, pero son grupos homogéneos que comparten intereses y que, incluso, forman movimientos y se organizan.

silvana.bogarin@abc.com.py

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