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Actualmente, el nombre Curuguaty se vincula con un suceso fatídico con derivación política, porque allí se enfrentaron campesinos y policías con un saldo de 17 muertos. Esto originó el juicio político al entonces presidente Fernando Lugo, que culminó con su destitución. Es la referencia internacional de esta comunidad ubicada en el departamento de Canindeyú.
¿Afectó esto a su economía? Según el intendente del lugar, Juan Carlos Rodas, no, pero sí a su reputación, que sumada a los comentarios sobre plantaciones de marihuana la hacen ver como una réplica de otra localidad fronteriza con Brasil.
Pese a esas primeras alusiones, el jefe comunal cuenta que hay dos empresas brasileñas muy interesadas en instalarse en Curuguaty: una procesadora de lácteos y un frigorífico de pollos.
En este distrito viven 70.000 personas; la mayoría está en la zona rural y se dedica a la agricultura, ganadería y anteriormente al rubro maderero. Cuenta con 150.000 ha de soja en tierras mecanizadas, en manos de 100 personas que trabajan a gran escala y están instalados 14 silos. Otras 50.000 ha están en manos de pequeños productores que plantan sésamo, algodón, poroto, entre otros. Las colonias menonitas poseen 26.000 ha, y un gran porcentaje son pequeños productores de leche de Colonia Nueva Durango. A nivel industrial, operan tres fábricas de almidón de mandioca y maíz, en una zona cuyos trabajadores cultivan más de 10.000 ha para su industrialización y consumo humano.
“Los bancos llegan detrás de los sojeros y los ganaderos, y las universidades, por la cantidad de la población”, dice Rodas. Cuenta que hay ocho instituciones de estudios terciarios.
Marihuana. Aunque nadie se anima a hablar con libertad del tema, se conoce a la localidad por sus extensas plantaciones de la hierba. Según datos del departamento Antinarcóticos y la Secretaría Nacional Antidrogas, hay pequeñas parcelas diseminadas en diversos puntos que totalizan unas 1900 ha.
Desde que se incorporó una variedad transgénica de la planta para aumentar el rendimiento y la producción, la demanda de los mercados brasileños es mayor y su precio en finca llega a G. 40.000/kg. Es una realidad con directa repercusión en la economía de la localidad, en la cual, entre otros servicios, hay seis firmas comercializadoras de motocicletas.
Almidón. La empresa Agroindustrial Wendling tiene su propia producción de maíz en 3500 ha, que lo convierte en almidón para fábricas de levaduras y alfajor a nivel local. Exporta el 60 % de su producción a Brasil, donde es utilizado en fábricas de papel, tela y pintura. El resto va a Bolivia y Uruguay, donde obtiene un precio que oscila entre USD 340 y USD 370 la ton., indica Sergio Wendling, propietario de la firma.
La plantación de chía es una novedad local, cuya producción se vende a G. 15.000 el kg en finca, y tiene un rendimiento de entre 500 y 800 kg por ha. En total, hay unas 12.000 ha cultivadas; 3000 ha de estas tiene problemas de germinación.
200 toneladas de mandioca y maíz puede molinar por día la planta fabril Salto Pilao en Curuguaty, obteniendo fécula de mandioca, almidón y residuo de maíz.
25 asentamientos tiene esta comunidad, constituida también por 11 barrios y un alto porcentaje de pobreza.