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Coworking es un término inglés que unos años atrás comenzó a ser muy utilizado en el Paraguay, sobre todo en el ámbito de las pequeñas empresas, de emprendedores y trabajadores independientes. Pero ¿qué es? Se trata de un sistema que permite compartir el espacio de trabajo físico, ideas y recursos básicos de infraestructura personas de distintos rubros o disciplinas a un menor costo.
Esta forma de trabajo en espacios compartidos nació en los Estados Unidos y se expandió por el mundo, llegando a Asunción y otras localidades del país hace unos pocos años. “El coworking fue ideado bajo principios cooperativos, en los cuales las capacidades, conocimientos y recursos de las personas son potenciados para el desarrollo profesional de cada uno de ellos y, en consecuencia, capacitados para diseñar y poner en práctica proyectos en forma conjunta o como profesionales independientes”, cuenta Fernando Acuña, de la organización Coworking Paraguay, cuya sede funcionó durante dos años, hasta octubre pasado, en Encarnación.
El sistema utiliza oficinas compartidas, salas de reuniones y espacios de recreación con el fin de que la interacción permita pensar en forma conjunta y potenciar la sinergia para los fines comunes. Representa un medio para quienes desean iniciar una carrera profesional o la formación de su empresa, contando con los todos los recursos básicos necesarios, tales como la ubicación geográfica, mobiliario, internet, líneas y centrales telefónicas, servidores, sistemas de seguridad física y lógica, pero sin el riesgo y costo que representa invertir en todos estos elementos para iniciar. Este último factor es el primer motivo por el cual muchas personas con valores potenciales no se animan a emprender un negocio propio, y por ello inician y terminan sus vidas siendo empleados.
Estos espacios se pagan con tarifas acordes a las distintas necesidades, como por hora, medio día, día completo, por semana o en forma mensual. En el caso del coworking encarnaceno, el costo inicial era de G. 16.500 por hora/persona.
En Asunción, actualmente, funcionan varios coworking, como Buena Vista Work Club (Azara 197 y Yegros) desde finales de 2012, cuya tarifa mensual es de G. 200.000 por mes, cuando se utiliza solo un día a la semana, o G. 750.000 para los 30 días del mes.
Otras opciones son los espacios de Loffice (Loft + Office) Las Mercedes (Tte. Núñez 849 casi Padre Cardozo), Loffice Bulnes (Bulnes 830 casi España) y Loffice Cinelandia (México 1132). Así tabién, los profesionales independientes tienen la opción del cuarto piso del Edificio Citicenter.
También están Pomodoro Work Club (Herminio Giménez 1322) y Welco (Roque Centurión Miranda 1193).
A nivel de tiendas, desde junio de 2014, Popurrí & Cía. (Perú n.º 47) es un nuevo espacio compartido para exhibir y vender creaciones de diseñadores locales. Reúne a 17 marcas independientes, fusionando arte y diseño con marcados tintes autóctonos. Las promotoras de esta idea de "almacén de moda", Mirtha Ramírez (29) y Claudia Soto (30), apostaron al coworking para combinar la inspiración y el diseño artesanal, y estos comparten espacio con la moda y el arte, sin olvidar el complemento de una atención personalizada.
Alquilan el módulo completo y también medio módulo. El primer sistema cuesta G. 1.100.000 mensuales, y sirve para exponer 40 prendas y contar con 10 para reposición, mientras que el segundo tiene un costo de G. 600.000 y se pueden exhibir 20 prendas con cinco para reposición. La rendición de ventas y los pagos se hacen en forma quincenal a los propietarios de las marcas.
Con un sistema similar, funciona, desde marzo de 2012, Alfonsina Store (Washington 592), con la diferencia de que allí se fija el monto de alquiler en base a los m² que ocupa cada marca, artista o diseñador, comenta Helen Pekholtz, su directora.
Ventaja del coworking
Los trabajadores independientes o freelancers, cuando trabajan desde sus hogares, están expuestos a perder la concentración fácilmente al tener que lidiar con las cuestiones domésticas diarias o simplemente al estar muy cerca de la cama, que siempre es tentadora para echarse una siesta. Sin embargo, con este sistema se logra separar perfectamente la vida profesional de la personal.
silvana.bogarin@abc.com.py