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En general, muy centrados desde el principio en temas de gestión administrativa y financiera a corto plazo, los emprendedores terminan por no preocuparse de la relación entre los socios. Este vínculo es esencial y determinante para tener éxito en el largo plazo, más allá de la continuidad de la propia empresa.
El tema tampoco ha recibido la debida atención tanto de parte de la literatura administrativa como del mundo académico. Desde que lancé mi primer libro sobre el tema en 1999 (Socio feliz: Cómo ser, tener y mantener un socio), que ahora lo estoy revisando para una nueva edición, nada parecía que pudiera guiar a los empresarios que construyen startups.
Uno de los primeros puntos que debe ser considerado cuando se construye una sociedad es el análisis de su propio origen. ¿Qué lleva a dos o más personas para que se unan a una sociedad para el mundo del negocio?
La respuesta a esta pregunta tiene muchas alternativas. Una razón bastante común es la que se origina en el concepto de complementariedad. Se compone de personas con diferentes habilidades y conocimientos, para una sinergia de sus fortalezas y capacidades. Otros se unen a causa de una fuerte y prolongada amistad, que ha generado una especie de complicidad y confianza mutuas. Algunos mediante la identificación de intereses y principios comunes.
Otros pueden buscar un socio a causa del temor o la falta de coraje para iniciar algo por sí mismos. Además de los que creen que juntos pueden ganar mucho más y están dispuestos a compartir un "posible pastel".
En fin, las razones que llevan a las personas a unirse pueden surgir en diferentes formas y aspiraciones. Y, aunque esta no es la razón principal por la que muchos fracasan, es vital tener en claro los objetivos a fin de facilitar la administración de las primeras dificultades.
Echemos un vistazo a algunos cuidados esenciales para evaluar y mantener una sociedad:
- Invertir tiempo en la discusión de la relación societaria con la misma frecuencia que se analizan los negocios, resultados y estrategias.
- Tener en claro que el modelo y las razones que dieron inicio a la sociedad no durarán para siempre. En algún momento se les acaba, y requieren la búsqueda de nuevas maneras de mantener y dar sentido a la relación.
- Asimilar de manera realista la declaración del fundador de Bom-Bril, que reza: “Aquellos que tienen un socio no son ´propietarios´, pero tienen un ´jefe´ y precisan aprender a fin de dar satisfacción”.
- Fijar, de común acuerdo, cuestiones, como la carga de trabajo, compromiso de tiempo, la división del trabajo, el grado de riesgo que cada uno está dispuesto a correr; los retiros, las inversiones, el liderazgo, la estructura de gobierno y gestión, entre otros.
- Considerar una de las maneras de mantener el matrimonio vivo y saludable; la sociedad es tener certeza acerca de las formas en que se puede dejar o poner fin a la sociedad, sin litigio. Esto debe ser establecido de mutuo acuerdo, desde el principio, y nunca en el momento en que surge un conflicto.
- Mantener un diálogo constante sobre las posibles diferencias que puedan surgir entre los intereses individuales y las necesidades y prioridades de la sociedad.
A modo de conclusión, no existe una receta mágica para permanecer juntos. Lo que ayuda es una cuestión tan simple como mantener el diálogo, la transparencia y complicidad. Como decía el poeta Vinícius de Moraes respecto al amor: “Que es eterno mientras dure”.
* Fundador y presidente de Höft Consultoría Societaria, en Brasil; integrante de The Family Business Consulting Group International (FBCGi), en América Latina, y Family Business Network (FBN).
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