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Todos hablaron del asunto. En julio de este año en Indiegogo, la plataforma pionera de crowdfunding (financiamiento colectivo) en la web, basada en San Francisco, una desconocida marca Kreyos lanzó una campaña de marketing para recaudar dinero con el fin de fabricar un reloj inteligente —el “Meteor Watch”— que se conecta al dispositivo móvil y ofrece funcionalidades similares a las del teléfono, además de controles activados por voz y gestos. Como si esto fuera poco, acompaña al usuario en sus programas de ejercicio físico (registra el ritmo cardíaco, mide el gasto de calorías y hace seguimiento de rutinas). El reloj, indicaron los desarrolladores, ofrecerá compatibilidad con la mayoría de los sistemas (Apple, Microsoft, Android) y hasta será a prueba de agua y costará USD 139.
El cuento es que Kreyos juntó diez veces más dinero del que solicitó inicialmente, y llegó a USD 1,1 millón. Miles de fans invirtieron más de USD 100 por cabeza. Un ejemplo de la fe de los usuarios en estos sistemas de financiamiento colectivo, en los que la gente detenta el poder de darle curso al sueño de otros, pero también corre el riesgo de apostar a algo que no trascienda. De hecho, un estudio de CNNMoney acerca de decenas de proyectos de crowdfunding en la plataforma del competidor de Indiegogo, Kickstarter, descubrió que el 84 % de las iniciativas no cumple con los plazos prometidos.
Mujer a la cabeza
Indiegogo construyó los cimientos de la industria del crowdfunding de la actualidad. Se lanzó con una inversión de USD 1,5 millón. Pionera en el sector, la plataforma fue fundada en 2008 por una joven llamada Danae Ringelmann (hoy de 35 años), y sus compañeros Slava Rubin y Eric Schell, aunque las primeras pruebas de la start-up se hicieron en 2006. Hoy, la firma se encuentra en 200 países, y distribuye millones de dólares en financiamiento para emprendedores, artistas y organizaciones sociales en todo el planeta.
Ringelmann trabajaba en Wall Street, en la industria del entretenimiento. Frustrada por no conseguir los resultados esperados en promocionar nuevos talentos, se escabulló de Hollywood y terminó coproduciendo una obra de Arthur Miller de manera independiente. Fue un éxito, pero tampoco obtuvo lo que buscaba: inversores para nuevos proyectos. Entonces, se dio cuenta de que debía buscar caminos alternativos de financiamiento para los productos independientes.
En 2006 decidió perfeccionar su educación en negocios: ingresó a la Haas School of Business. Quería armar su propia start-up para darle un giro radical a la industria, democratizando los métodos de recaudación de dinero. Allí conoció a Schell y Rubin, quienes habían pasado por experiencias similares, y empezó a desarrollar su idea de que el sistema de recaudación offline estaba quebrado. Peor; pasado de moda.
La democracia del financiamiento
“Cuando me junté con mis futuros socios, me dijeron que si deseaba innovar debía mudar la actividad al mundo online. Empezamos usando las redes sociales disponibles, Facebook y Twitter, y los sistemas de pago online, como PayPal. La gente comenzó recaudando dinero a través de estos canales. Fuimos los pioneros del modelo”, afirma. Añade que en lugar de lanzarse a conquistar el mundo decidieron elegir un mercado vertical en el cual focalizarse, algo como lo que hizo Amazon, que partió de la venta de libros y películas para probar una idea más ambiciosa con bajo riesgo. “Durante un año analizamos las necesidades y desafíos de los productores de obras artísticas, sus inseguridades y preocupaciones, sus pasiones, y desarrollamos un prototipo de producto que iteraba rápidamente de acuerdo con el feedback de los usuarios”. ¿Qué hace único a Indiegogo? Según su fundadora, su misión y filosofía: democratizar la recaudación de dinero para darles poder a las personas de modo a financiar lo que les interesa. “Lo pensamos como un sistema abierto, inclusivo. No nos sentíamos con el derecho a elegir quién era o no candidato al financiamiento, no queríamos ponernos en el papel de jueces. Eso nos conducía a los modelos de financiamiento tradicionales, que han sido históricamente ineficientes. Nosotros hacemos las conexiones, con la esperanza de que haya alguien para ese proyecto en alguna parte. No juzgamos el valor de la propuesta, dejamos que el mundo lo haga”, explica la fundadora. Usar Indiegogo, en su modelo más básico, cuesta un 4 % de todo lo recaudado cuando el emprendedor llega a su modelo proyectado. Si eso no sucede, se les devuelve el dinero a los inversores, y la plataforma no cobra.
Indiegogo es global. “Si un usuario necesita una cuenta bancaria, esté donde esté, puede partir de nuestra plataforma para hacer negocios. Ofrecemos versiones en diferentes idiomas —francés, inglés, castellano, alemán—, y la posibilidad de realizar transacciones en varias monedas. Por otro lado, promocionamos las campañas a través de lo que llamamos el ‘Gogo factor’: cada campaña cuenta con uno. Se trata de un algoritmo que mide la actividad y la respuesta de la comunidad. Cuanto más alto es el factor del producto promocionado, más arriba aparecerá en las páginas del navegador, más fácil de descubrir será y más oportunidades tendrá.”
Los que más recaudaron
Slava Rubin, cofundador de Indiegogo, habla sobre sus mejores casos de éxito. “En 2006, cuando empezamos, YouTube no era de Google, apenas nacía Twitter, Facebook era más pequeño que MySpace y Barack Obama ni siquiera era una palabra conocida. Recaudar dinero en internet era un desafío, pero la red democratiza todo. Así que pensamos: ‘¿Por qué no crear una plataforma para que cualquiera pueda recaudar dinero para cualquier cosa?’. A pesar de la crisis de 2008-2009, Indiegogo siguió creciendo. De hecho, acabamos de levantar USD 15 millones de fondos de capital de riesgo”.
¿Cuál es la diferencia entre su servicio y Kickstarter? Desde 2008 han aparecido más de 700 competidores, incluidos algunos que consiguieron financiamiento en nuestro propio sitio, pero hay cosas que nos hacen únicos. Para empezar, somos la única plataforma que permite financiar cualquier idea, incluso aquellas que nos generan competidores. Y somos globales. Trabajamos en crear una buena estrategia de marketing. Al final de cada día queremos estar donde los clientes desean que estemos, y nos focalizamos en nuestro producto y tratamos de involucrarlos.
¿Podría dar un consejo para los que desean iniciar su negocio en Indiegogo? Empiecen. No hay nada más lindo que obtener feedback de lo que uno está haciendo. En vez de hacer toneladas de planes de negocios, esto es mucho más sencillo. Las barreras de entrada son bajas. Se trata de ir y concretarlo, recibir el feedback, iterar. Mi recomendación: piense en grande, comience en pequeño, itere rápido, aprenda de los datos, siéntalo y responda de acuerdo con la información con la que cuenta. Las campañas duran hasta 120 días. No obstante, más tiempo no significa más dinero. Las que duran entre 20 y 30 días terminan recaudando la mayor cantidad de dinero.
Deberá tener historias muy interesantes de campañas muy exitosas… La de Protest the Hero, una banda punk de Canadá que recaudó USD 350.000 para seguir tocando después de que su discográfica la echara. Hay productores de películas que eran técnicos de video en YouTube. Se pasaron a Indiegogo, le hablaron directamente a su público y juntaron USD 300.000 para realizar películas. Tenemos diseñadores de productos que inventan dispositivos interesantes en todas partes… Y la célebre campaña para crear el Museo Nikola Tesla, en Nueva York. El Gobierno de la ciudad usó USD 850.000. Recaudamos en total USD 1,4 millón de parte de personas de 60 países para renovar el viejo laboratorio del inventor de la era eléctrica. Hubo un blogger, fanático de Tesla, que inició todo. Él habló con el Gobierno y consiguió financiamiento.
5 tips para seducir a otros a invertir en su proyecto
1. Una campaña extraordinaria. Para ello es esencial partir de un video —las palabras solas no alcanzan— en el cual participen los propietarios de la iniciativa, porque las personas apoyan ideas de otras que muestran su pasión por lo que hacen. Tenemos datos: las campañas que incluyen videos recaudan un promedio del 14 % más que aquellas que no los tienen.
2. Un target específico al que apuntar para pedir dinero es fundamental. No es necesario recaudar el 100 % del presupuesto requerido de una vez, pero uno debe ser claro sobre el monto que le hace falta para empezar, y explicar en detalle cómo lo gastará. Si necesita USD 10.000 para filmar un avance de una película, tendrá que describir cuánto usará para el alquiler de equipos, el pago de los actores, las habilitaciones y otras variables. A la gente le gusta saber en qué se usa su dinero.
3. Ofrecer beneficios excitantes de modo que la comunidad participe, colabore en la creatividad y se sienta parte del éxito del proyecto. Las campañas que usan un promedio de 3 ½ gratificaciones son las que más dinero recaudan en Indiegogo. Alentamos a nuestros usuarios a ofrecer entre tres y ocho premios o beneficios asociados. Alguien que está abriendo una panadería puede entregar invitaciones para la fiesta de inauguración y además también algunos sabrosos productos a modo de prueba.
4. Ser auténtico. Uno no solo cuenta una historia, cuenta la suya. Primero, hace falta conectarse con el círculo más cercano: su familia y amigos, sus clientes, fans, quienes los apoyan, aquellos que conocen su trabajo y a usted, a su equipo. De allí provendrá la primera ronda de financiamiento social. Abrirá las puertas de los círculos más amplios, como una muñeca rusa; y atraerá a nuevos inversores que, a su vez, seducirán a otros. El emprendedor tiene que reflexionar sobre quiénes podrían apoyarlo a difundir su iniciativa: medios, bloggers, organizaciones, “influenciadores” en redes; todos aquellos que amplifiquen su mensaje. En Indiegogo integramos medios sociales de manera automática, lo que le evita una tarea más al emprendedor. Otra clave es mantener las campañas actualizadas. Aquellos que lo hacen cada cinco días por ejemplo, recaudan un 100 % más que los que las mantienen sin cambios. Es fácil: se manda un email automático a los seguidores y fundadores contando qué es lo nuevo. Todo lo que mantenga el interés sirve para fidelizar a la audiencia.
5. Contar con una audiencia interesada en lo que usted hace porque incluso aunque se tenga una gran campaña y uno sea muy activo en la comunidad, se puede recaudar poco dinero, pero eso no significa un fracaso. En realidad, el emprendedor aprende que su idea no era tan interesante como él imaginaba. Que no hay público para su producto o servicio. Le ahorrará mucho tiempo y dinero.
¿Qué hay en un nombre?
Eric Schell andaba un día en bicicleta y tuvo su momento de eureka: pensando en la noción de “independencia” y otras palabras que denotaran actividad y movimiento, se acordó de una disco en Los Ángeles llamada “Whisky a Gogo”. Allí, artistas famosos de los 70 habían iniciado sus carreras. Tomó de la palabra “independiente” una versión corta: “indie”, y se enamoró de “gogo”, que representaba la acción. Sus socios la aprobaron. Fin de la historia.
*Equipo de contenidos de WOBI.