Alerta roja al sobreendeudamiento

Que al empleado lo acogoten sus deudas crea una coyuntura que, habitualmente, repercute en su vida familiar y laboral, y podría afectar los resultados de la empresa. Por eso, las consultoras Adriana Bock y Daisy Abente Pfannl aconsejan tomar las precauciones necesarias antes de llegar a situaciones extremas.

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Si cumplir con los compromisos financieros se torna una cuesta arriba y reduce la calidad de vida, restando posibilidades de destinar los ingresos a algo satisfactorio o al progreso; desnuda un sobreendeudamiento. Lo explica la psicóloga, coach ontológica profesional, terapeuta familiar y directora de Superarte, Daisy Abente Pfannl.

¿Cómo afecta esto a los trabajadores y, a su vez, a las empresas? Las personas tienen un impacto emocional –se nota una preocupación constante e irritabilidad, que se trasladan a lo laboral y familiar– y corporal –se somatizan en enfermedades, como jaquecas, dificultades gastrointestinales, trastornos del sueño, entre otras–. “Si no sé cómo pagar mis deudas, estoy decaída, tensa, sin ganas de accionar, de hacer mi día a día, y la presión es tal que me obnubila e impide que me concentre debidamente, porque estoy pendiente de que me llamen mis acreedores. Se puede decir que hay un impacto importante”, comenta la economista Adriana Bock.

Entonces, que un miembro del plantel no se encuentre bien es motivo de eventuales peleas con compañeros de trabajo, ausencia de predisposición para emprender las tareas encomendadas por la jefatura o un trato menos amable con el cliente, actitudes de incidencia directa en los resultados de la empresa. “Si bien es cierto que nadie presenta automáticamente estos problemas; aun pudiendo poner todo de sí para desempeñar adecuadamente sus funciones, lo haría a costa de un esfuerzo y un desgaste muy grande, que en algún momento pasa la factura y se refleja visualmente en cada uno”, cuenta la psicóloga Abente.

Las señales se manifiestan una vez ya instalado el atascadero. Plantear al encargado de Recursos Humanos la necesidad de un préstamo, solicitar el adelanto de las vacaciones para cobrar o negociar la antigüedad, prestar dinero de la asociación de empleados cada mes, asumir el descuento sin que sobre nada, recibir notificaciones de embargo, demandas e ingresar a Informconf son signos de que la complicación data de hace tiempo y no se resolvió.

Para detectar el sobreendeudamiento es fundamental generar espacios de confianza entre la empresa y sus colaboradores, antes de que las circunstancias sucumban los límites señalados. Es decir, que se sienta la apertura suficiente por parte del empleador para hablar con libertad, sin vergüenza ni temor a estigmatizaciones o reprimendas. Para ello, es crucial establecer políticas claras en cuanto a préstamos y adelantos, además de dar un seguimiento personal y continuo al trabajador. Las consultoras sugieren contar con asesor externo con óptimo manejo en la materia, que invite al cliente interno de la compañía a analizar otras opciones para su realidad y a tomar mejores decisiones financieras.

También se debe observar si los miembros del staff ahorran, lo que constituye un indicador de calidad de vida y proyecciones. “Al tener la información concreta, antes de que lluevan embargos sobre el personal, la compañía puede organizar capacitaciones incluyendo a los mandos medios, a la mano de obra no calificada y la alta gerencia, porque el endeudamiento no discrimina edad, sexo, nivel de estudio ni estatus”, aclara Bock.

En nuestra sociedad, la educación financiera es muy novedosa y necesaria; algo que se ve en los índices de morosidad. “A medida de que el colaborador mantenga en orden sus finanzas, producirá. Si el empresario lo posterga hasta que se susciten momentos urgentes, posteriormente se encontrará con quienes quieren su liquidación o negociar su antigüedad para saldar sus cuentas. Así, se recomienda guardar siempre una mirada preventiva, porque lo más importante no es el cliente, sino el colaborador, que es quien cuidará al cliente”, concluye Abente.

Síntomas de alarma

Si más del 32 % del ingreso debe cubrir deudas, hay sobreendeudamiento; aunque no es una fórmula infalible, pues depende mucho de los niveles de ingreso. “A quien gana más de G. 5.000.000 no le pesa un 32 %, pero para quien cobra el salario mínimo legal vigente –G. 1.824.055, según el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS)–, el 25 % puede ser determinante”, dice Adriana Bock, economista.

silvana.bogarin@abc.com.py

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