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Varios de los emprendimientos inmobiliarios lanzados al mercado en los últimos años contemplan la construcción de un helipuerto en sus terrazas. Se trata de un aeródromo o área definida sobre una estructura destinada, total o parcialmente, para la llegada o salida de los helicópteros.
En el país se encuentran habilitados nueve helipuertos, de los cuales, cuatro están en Asunción, según el reporte de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), que es la institución responsable de supervisar y aprobar las solicitudes de esta índole.
El informe indica que en 2015 se registró la mayor cantidad de helipuertos habilitados: cinco en total. Es así que en 2014 se aprobó uno; en 2013, un total de cuatro y, en 2012, también uno solo.
El director de Aeronáutica de la Dinac, Roque Díaz, explica que el proceso de análisis y aprobación dura entre 22 a 30 días, según la zona y el tipo de helipuerto que se plantea instalar. La tasa administrativa, que debe cubrir el solicitante, es de G. 1.003.231; el certificado de habilitación cuenta con un año de validez tras su emisión, con posibilidades de ser renovado siempre que se abone el monto establecido y observen todos los requerimientos.
El profesional en la materia menciona que, para autorizar el funcionamiento de un helipuerto, se consideran los requisitos especificados en el reglamento aeronáutico de la Dinac (R14 Volumen II), que detalla las condiciones técnicas de las que debe disponer el sistema.
Los helipuertos de aterrizaje se clasifican en: aquellos de superficie, plataforma (embarcaciones) o elevados (estructura terrestre en altura). La base aérea policial, localizada en Tacumbú, y el sanatorio Británico (de la firma Santa Clara SA Medicina Prepaga), que lo emplea en los casos que demanden los servicios de ambulancia aérea, son los más conocidos en la capital. Además, a pedido de los directivos del Banco Continental, se deshabilitó el helipuerto con el que contaba la entidad financiera en uno de sus edificios.
Respecto a los pedidos recibidos para lugares con elevación, Díaz dice que las obras son previamente fiscalizadas. “Cuando se trata de un helipuerto en edificios, se recurre a un estudio especial a fin de determinar que la zona de aproximación y despegue esté libre de obstáculos y, por ende, no afecte la seguridad de las operaciones”, puntualiza.
En la actualidad, el movimiento de helicópteros en helipuertos privados es bajo, según la Dinac. La institución reporta solo uno este año.
Proyecciones. El Shopping Mariscal, en actual proceso de ampliación, es una de las obras que contempla la presencia de un helipuerto en la azotea, para visitas esporádicas. El diseño del mismo consta de 22 m de diámetro y apunta a helicópteros de gran tamaño. La solicitud de este centro comercial, localizado en el barrio asunceno Villa Morra, aún está sujeta a aprobación.
Otra torre, esta vez de concepto habitacional, que también pretende contar con una base para aeronaves con una hélice es Miami. Con 24 pisos, se encuentra en fase de construcción sobre la avenida Guido Boggiani. A estos se añade el emprendimiento residencial Pride, sobre la avenida Santa Teresa, que prevé ofertar al mercado 43 niveles de departamentos de lujo y un helipuerto para viajes exclusivos en el último piso.
Para esta infraestructura, se deben tener en cuenta todas las medidas de seguridad, disponer de las señalizaciones y luces necesarias y adecuadas, notificar las operaciones efectuadas en las cercanías del helipuerto e informar si la administración del complejo edilicio cambia de propietario.
También conocidos como pequeños aeropuertos, pueden ser utilizados por determinadas instituciones públicas, firmas privadas y centros asistenciales. Las licencias son autorizadas si los emprendimientos reúnen las documentaciones y los permisos por parte de los demás organismos del ámbito público.